El gigante destruyó los sectores productivos y parte de los financieros. Las expropiaciones acabaron con fincas, hatos e industrias livianas y pesadas, las importaciones sembraron la competencia desigual que terminó de barrer las pocas que estaban en pie. No quedó hueso sano con la orgía expropiadora y el cadivismo de 58 mil millones de dólares anuales de productos del exterior. Una verdadera explosión de soberanía alimentaria nos puso a importar el 80% de lo que consumimos.
Ahora, le ha tocado al Cucuteño acabar con el sector comercial, tanto el que creció con esfuerzo propio como el nacido a la sombra de dólares preferenciales. El holocausto ha comenzado con el comercio de electrodomésticos. Luego vendrá el turno a las tiendas de línea marrón, de calzado, vestido y de alimentos, etc. Una verdadera razzia se aproxima.
No todos los comerciantes son especuladores. Pero la vaina es que buena parte de los que están destruyendo con esta especie de “saqueo controlado” y “de baja intensidad” son engendros de la robolución. ¿O qué es DAKA? Si no unos comerciantes árabes enchufados con el régimen que crecieron a la sombra de los dólares preferenciales, incondicionales del régimen y presuntamente propiedad de familiares de gente del alto gobierno.
Todo huele a show de baja estofa. La ignorancia militarista y comunistoide lleva a razonar que la inflación se acaba decretando su fin, que la escasez se resuelve importando y reduciendo el consumo por la vía de readecuar los hábitos de consumo. Para qué papel higiénico si una tumusa sirve y es ecológica?
El desenfreno por detener la caída en las encuestas lleva al PSUV a recorrer el camino del show improvisado, una especie de tierra arrasada para no ser derrotados. El Cucuteño asume la praxis médica de resolver la enfermedad matando al enfermo. Cree que el pueblo se comerá el cuento del Robin Hood rojo, cuando en realidad todos saben que esta desmadre institucional traerá más desempleo, escasez y miseria. Aquí hay un solo responsable de este caos: Nicolás Maduro con su nefasto régimen que tiene miedo de llegar al 8D. A nosotros nos toca soportar con estoicismo para llegar e iniciar el fin de este Estado Malandro.