En pasadas publicaciones he hablado de algunos temas que como ciudadano me preocupan por la situación que estamos viviendo en Venezuela. Hemos tenido episodios donde evidenciamos la miseria humana cuando Carlos Anaya, el conductor de aquel camión que chocó en el elevado de Los Ruices en Caracas y que tristemente falleció mientras “ciudadanos” saqueaban la carne congelada que transportaba dicho camión.
También he tocado temas referentes a la economía nacional y cómo se ha ido destruyendo poco a poco el aparato productivo del país, llevándonos a todos a una situación de “Estanflación” que no es otra cosa que la mezcla de inflación con estancamiento económico.
Me he tomado el atrevimiento de sugerir ideas para reactivar la economía venezolana, trasladando la producción al sector privado, porque es éste último quién a fin de cuentas genera puestos de trabajo, bienes, servicios y todo ello se termina traduciendo en generación de riqueza personal, no solo para el productor sino para todo aquel que esté involucrado en la cadena de producción; bien sea inversionista o trabajador y; en esta humilde propuesta, he aseverado que lo más importante que debe lograr Venezuela, es generar confianza para captar capitales privados que colaboren en producir.
He presentado algunas cifras de cómo el poder adquisitivo de los venezolanos se ve cada día más mermado y prácticamente aniquilando cualquier posibilidad de ahorro en Venezuela pues la inflación se termina comiendo los ingresos y que cada aumento de salario que ha decretado el gobierno nacional, generalmente se queda corto cuando menos en un 12% frente a la inflación.
Mi estimado lector, la finalidad de este prefacio, no es la de aburrirlo con algo que ya se ha dicho hasta la saciedad y mucho menos satisfacer y enaltecer el ego personal con un ridículo “yo lo dije”. La intención, es poder decir que Nicolás Maduro el pasado fin de semana se esmeró por echar al traste todo lo que se ha propuesto para solventar la crisis venezolana.
Si revisan las cadenas que Maduro ha realizado con su ridículo “Noti Patria”, se ha paseado por cada uno de los puntos que me he tomado el atrevimiento de listar al principio de este texto, llegando al colmo de someterse a la miseria humana e instigar a otros a caer en lo mismo, porque por más que lo niegue, Nicolás Maduro no solamente instigó a delinquir a la población diciendo que tomaran las tiendas de electrodomésticos, sino que el, ejerciendo abuso de poder tomó por asalto con su Guardia Nacional y las instituciones creadas para sembrar terror fiscal en las empresas cuanta tienda de electrónica le iban diciendo que existía.
Durante el fin de semana, el Estado bajo la conducción de Nicolás Maduro, se robó cuanta tienda hay en Venezuela para vender a “precios justos”, pero son los precios que a ellos les parecen. Todo esto, lo hizo sin cumplir con lo contemplado en las leyes. No hubo ningún acto administrativo para la toma de las tiendas y todos los bienes muebles que eran de su propiedad y peor aun, detuvieron a una cantidad de personas sin que mediara orden de captura alguna emitida por los tribunales competentes. Es decir, que actuaron “A lo macho”.
Soy defensor del libre comercio en un sistema donde el consumidor es el ser más importante y el comerciante se amolda a las demandas de la clientela. Defiendo la libertad que tiene cualquier empresario en vender SU producto al precio que más le parezca, asumiendo el riesgo de vender mucho o no vender nada, porque tal y como dije, el consumidor es quien marca la pauta de a quién compra qué.
La libertad de comercio se da solo en una economía competitiva en la que existe múltiples versiones y opciones de determinado producto, lo que impulsa a que cada quien se inclinará por el que le es más conveniente. Algunos sacrificarán calidad por precio, otros buscarán mayor calidad sin importar el precio y otros simplemente buscarán lo más cómodo.
Este gobierno, está terminando de destruir un sistema que ya venía en decadencia con unas cuantas fracturas generadas por su antecesor Hugo Chávez, quien en casi 13 años de gobierno no hizo más que acabar con la producción y espantar la inversión. La bomba, le estalló a Maduro en la cara, pero porque el… (Ponga Ud. su calificativo) la pinchó (a la bomba) con un alfiler.
Para salir adelante, lo que hace falta es voluntad. Lo que sucede, es que la voluntad de estos individuos, llevan la carreta hacia atrás.
No se a ustedes, pero la cadena de anoche lunes 11/11 me pareció una reedición de “La última cena”.
“El poder se pierde por abuso o por desuso”.
Federico Black B.
@FedericoBlackB