En primera instancia, tendremos la gran oportunidad de sustituir o ratificar a unos Concejales que han estado en sus cargo por un tiempo mayor al doble del periodo para el cual fueron electos, y que por obra y gracia de una decisión autocrática y antidemocrática de quienes desde la poltrona del poder nacional se han encargado de arreglas las cosas a su conveniencia, han burlado la voluntad de un pueblo y han tratado de hacerlo ver como decisión del llamado “soberano”.
Entonces, el tener la oportunidad de elegir a las y los ciudadanos, que en nuestro nombre y representación, tendrán la responsabilidad, entre otras menudencias, de legislar en cada uno de los municipios del país en materia de normas y leyes de convivencia y desarrollo local (para nuestras comunidades), de acuerdo a las competencias constitucionales, no puede ser despachado de manera irresponsable y ligera argumentando que con eso “no hacemos nada”.
De igual manera, el próximo 8 de diciembre, tendremos en nuestra manos y sobre nuestras conciencias, la responsabilidad de entregarle la dirección del poder local, entiéndase bien “Poder Local”, a unas (os) venezolanos, los Alcaldes, que en los próximos cuatro años deberán administrar nuestros recursos de manera efectiva y eficiente en beneficio de todos, o entregárselos a otros que se dicen ser patriotas, pero que en realidad sólo son autómatas que defienden una propuesta ideo-ilógica del siglo pasado, que promociona el odio entre hermanos y se entrega dócilmente a intereses anti patrióticos, quiero decir, castro-cubanos.
Alcaldes y Concejales serán, si elegimos bien, los Jefes y Legisladores de esos territorios llamados municipios, y que en definitiva deberán ser, junto a sus electores, la gran muralla de contención que se oponga de manera digna y decidida a tanta arbitrariedad, violencia, ineficiencia, corrupción y entreguismo en nombre de la independencia.
En definitiva, a la calle el 8D, a votar #MUD, abajo y a la izquierda, y a defenderla.
@Angelrangels