Los principales países que comercian con marfil, entre ellos China y Tailandia, se comprometieron, este martes en Botsuana en la cumbre sobre protección de elefantes, a penalizar el tráfico de animales salvajes y coordinar sus acciones.
Los representantes de los países afectados por la caza furtiva, en particular Gabón, Níger, Zambia y Kenia, así como aquéllos en los que se trafica el marfil, el último mencionado, Malasia, Filipinas y Vietnam, entre otros, y los principales consumidores, China y Tailandia, principalmente, acordaron un paquete de catorce “medidas de urgencia” para poner fin a la masacre de elefantes en África, señaló en un comunicado la Unión Internacional para la Conservación de la Naturaleza (UICN), coorganizadora de la Conferencia en Gaborone.
Los países firmantes del acuerdo abogan por la “tolerancia cero” considerarán como un “delito grave” el tráfico de especies salvajes, lo que permitirá “desbloquear de manera eficaz la cooperación internacional, lo que incluye la asistencia jurídica mutua, las confiscaciones, la extradición, y otros instrumentos para controlar a los delincuentes que atentan contra la fauna”, reza parte del texto.
En total, participan treinta países en esta conferencia.
Por su parte, los países destinatarios del marfil prevén “estrategias precisas para influenciar sobre el comportamiento de los consumidores”.
El elefante africano está amenazado por un fuerte aumento de su caza furtiva en los últimos años, a causa de la gran demanda de marfil desde Asia, sobre todo. El tráfico de marfil financia, además, a grupos terroristas en Uganda, Somalia y Sudán.
Actualmente quedan en África medio millón de elefantes, contra aproximadamente 1,2 millones que había en 1980. La situación se agravaría en la próxima década si no se adoptan medidas urgentes.
Algunos especialistas son muy pesimistas, y mencionan “la caza furtiva industrial” llevada a cabo por grupos armados que operan en África austral, donde actualmente vive la mitad de estos paquidermos.
“Nuestra ventana de oportunidades para luchar contra el comercio ilegal del marfil se cierra y, si nos lleva la marea las generaciones futuras nos condenarán por nuestra falta de voluntad para actuar”, advirtió en la jornada el anfitrión de esta cumbre, el presidente botsuano, Ian Khama, en cuyo país quedan aún unos 200.000 elefantes, por el momento al margen de esta masacre.
“Ha llegado el momento para que África y Asia unan sus fuerzas para proteger esta especie universalmente apreciada e indispensable”, agregó.
Seis países firmaron el texto este martes en Gaborone, mientras que los otros 24 presentes lo harán formalmente más tarde, precisó a la AFP Simon Stuart, presidente de la Comisión de protección de las especies de la UICN.
AFP