En medio de la escalada de la inflación y la escasez de productos de primera necesidad , las autoridades venezolanas afirman que una “guerra económica” se está librando contra el gobierno socialista del presidente Nicolás Maduro. El gobierno está contraatacando al obligar a las tiendas a vender a precios de descuento, arrestando a dueños de negocios acusándolos de acaparamiento y señalando a los periodistas de cubrir las noticias económicas desalentadoras, reseña John Otis para el Committee to Protect Journalists (CPJ)
En los últimos dos meses, varios periodistas han sido detenidos brevemente por las autoridades. El editor del mayor diario económico de Caracas fue despedido después que Maduro se quejó de una historia. Al parecer, a petición de Maduro, los periódicos están siendo investigados por la Ficalía General por sus informes sobre la economía. Los funcionarios están incluso reprendiendo a los periodistas por el uso de palabras como “escasez” o por la presentación de informes sobre brotes dispersos de saqueos. La represión se produce durante el período previo a las elecciones de alcaldes que se celebrarán en toda Venezuela el domingo y son ampliamente consideradas como un referéndum sobre el gobierno de Maduro.
“El gobierno se da cuenta de que la situación económica es extremadamente crítica y que podría provocar una explosión social“, dijo a CPJ Marianela Balbi, directora del Instituto Prensa y Sociedad (IPYS) con sede en Caracas “Así que se están centrando gran parte de su atención en la cobertura mediática de la economía“.
Los programas de noticias en la televisión han bajado el tono de su cobertura, sobre todo a raíz de la venta de Globovisión en abril pasado, (la última estación de la televisión venezolana que era abiertamente crítica al gobierno), a un grupo empresarial cercano a la administración Maduro. Como resultado, la mayor parte de la ira del gobierno ha sido orientada a los periódicos que informan sobre cómo las políticas gubernamentales han jugado un papel importante en la creación de los problemas económicos y en la forma en que la escasez y la inflación, una de las tasas más altas del mundo, están impactando a sus lectores.
En octubre, el Diario 2001 se enfrentó a un ataque verbal agresivo del presidente Maduro, solo por informar cómo los automovilistas tuvieron que visitar varias estaciones de servicio para encontrar gasolina de 95 octanos para llenar sus tanques. Maduro calificó el reportaje como una mentira y exigió que los editores responsables de redactar el titular “La gasolina la echan con gotero” fuesen llevados a la cárcel .
“Lo que está haciendo el Diario 2001 es un crimen” dijo Maduro en un discurso televisado mientras sostenía un ejemplar del periódico . “No podemos permitir esas irresponsabilidades en Venezuela porque tenemos que proteger a la gente. ¡Basta de esto!”
Poco después la Fiscalía General inició una investigación al periódico por supuestamente difundir información falsa. Luz Mely Reyes, directora del Diario 2001, indicó al CPJ que se le ordenó a testificar acerca de las fuentes del diario sobre el reportaje. Dice que la investigación está en curso.
El 1 de noviembre, tres periodistas del Diario 2001 fueron detenidos brevemente – y uno de ellos golpeado – por efectivos de la Guardia Nacional por cubrir una escena caótica en la que cientos de personas que habían estado en cola desde desde las cuatro de la mañana en una feria de comida para comprar con descuento carne de cerdo, un artículo difícil de encontrar en los supermercados, rompió en su desesperación, algunas barreras de contención. Como retaliación, el Banco Banco de Venezuela, la única entidad estatal que anunciaba en el Diario 2001, ha retirado su publicidad.
“Mis periodistas se sienten intimidados y desprotegidos. ¿Qué haces si el presidente comienza a insultarte? No tienes manera de defenderte ” indicó Reyes al CPJ . ” No sé si vamos a tener la fuerza para resistir si el gobierno nos persigue de nuevo“.
Un periodista que intentó resistir es Omar Lugo, quien editó el diario El Mundo, Economía y Negocios . El periódico fue a menudo criticado por el entonces presidente Hugo Chávez , quien murió de cáncer en marzo, pero Lugo considera las críticas un punto de honor y que además ayudaron a impulsar las ventas.
Pero en junio, la Cadena Capriles – el conglomerado de medios que incluye El Mundo, así como Últimas Noticias, el periódico más grande del país – fue vendido a un grupo de inversionistas que se rumora tiene estrechos vínculos con el gobierno de Maduro.
Lugo indicó al CPJ que a partir de octubre, los nuevos propietarios comenzaron presionarlo para que publicara historias más amigables hacia el gobierno . Lugo se negó, diciendo que era imposible darle un giro feliz a la situación económica del país. Sabía que sus días podrían y de hecho estaban contados.
Con datos oficiales del gobierno, Lugo publicó un artículo en la primera plana del diario el 15 de noviembre que las reservas internacionales del Banco Central estaban cayendo a un ritmo sin precedentes hasta su nivel más bajo en nueve años. En un parafraseo a las reducciones de precios forzados en muchas tiendas venezolanas por inspectores del gobierno , Lugo encabezó la historia con el titular “Rebajas llegan a las reservas del Banco Central”
La historia aparentemente enfureció a Maduro. En un discurso televisado el día siguiente, Maduro acusó al periódico de hacer cálculos falsos – a pesar de su dependencia de los datos del gobierno – y reprendió a los nuevos propietarios del periódico . Despidieron a Lugo el lunes siguiente.
“Los funcionarios del gobierno quiere manejar información económica en medio de una crisis económica” dijo Lugo , que ahora está en busca de trabajo, dijo el CPJ. “Ellos están actuando como los generales en una guerra que quieren censurar la información con el fin de no afectar la moral de sus tropas“.
La destitución de Lugo causó escalofrío en todo el edificio de la Cadena Capriles , donde los periodistas de Últimas Noticias y El Mundo comparten la sala de redacción. Un grupo de periodistas emitió un comunicado llamando a la acción como “un golpe a la libertad de prensa” y dieron vida a la cuenta de Twitter @ UNsinCensura que da a sus seguidores una vista interior de la forma en que están siendo presionados para seguir al pie la línea del gobierno.
Los corresponsales extranjeros no son inmunes a la represión. Jim Wyss, jefe de la Oficina andina del Miami Herald fue detenido el 11 de noviembre en San Cristóbal, una ciudad en la frontera con Colombia, cuando informaba sobre floreciente economía subterránea de la región.
Una de las razones es que la escasez de alimentos básicos como el aceite de cocina , arroz , harina y otras mercancías se introducen de contrabando en Colombia donde se venden a seis o siete veces su precio oficial en Venezuela . Wyss trató de entrevistar a funcionarios militares – quienes según rumores están ampliamente involucrados en el comercio de contrabando – pero en vez de hablar con él lo detuvieron.
Wyss fue trasladado en avión a Caracas , donde fue puesto en libertad de inmediato . Funcionarios venezolanos afirmaron más tarde fue detenido por no registrar sus credenciales de periodista en el Ministerio de Comunicaciones , un que ahora todos los corresponsales extranjeros están obligados a hacer en cada viaje de trabajo al país. Wyss , quien ha estado informando sobre Venezuela durante años, dijo que el episodio era preocupante.
“Mi calvario duró cerca de 48 horas” escribió Wyss luego de su detención. “Tuve una suerte extraordinaria . El Miami Herald, el Departamento de Estado de EE.UU., las compañías aéreas , los periodistas locales y también desconocidos bregaron duro por mi liberación . Estoy muy agradecido a todos ellos“.
Vía Committee to Protect Journalists (CPJ). Treaducción libre por lapatilla.com