El CBERS-3, el satélite que China y Brasil lanzarán al espacio mañana lunes cuenta con nuevas y modernas cámaras de vigilancia remota capaces de mejorar de forma significativa la observación de la deforestación de la Amazonía, la mayor selva tropical del mundo.
El cuarto de los aparatos espaciales desarrollados y lanzados por ambos países como parte del Programa de Satélite Chino-Brasileño de Vigilancia Remota (CBERS) está equipado con dos cámaras de última tecnología desarrolladas en Brasil y otras dos chinas, según los datos suministrados en su portal por el estatal Instituto Nacional de Pesquisa Espacial (INPE), responsable del proyecto en el país.
El nuevo satélite será transportado por un cohete chino Larga Marcha 4B, cuyo lanzamiento está previsto para la 01.26 hora brasileña del lunes (03.26 GMT) desde la base espacial china de Taiyuan, en la provincia de Shanxi.
Tras un viaje de doce minutos hasta 780 kilómetros de altura, el CBERS-3 iniciará una etapa de estabilización y de entrada en órbita, tras la cual accionará sus equipos internos y comenzará las pruebas para graduar la calidad de las imágenes de sus cámaras, que Brasil ofrecerá gratuitamente en internet a partir de marzo.
Mediante el CBERS, un proyecto de cooperación especial con dos décadas de historia, Brasil y China han desarrollado y lanzado tres satélites (CBERS-1, CBERS-2 y CBERS-2B), a los que se sumará mañana el CBERS-3 para sustituir el CBERS-2, colocado en órbita en octubre de 2003 y que dejó de funcionar en 2010.
Los dos países ya iniciaron la construcción del CBERS-4 y planean lanzarlo en dos años.
El CBERS-3 está equipado con las cámaras brasileñas Multi-espectral (MUX) y de Imágenes de Amplio Campo de Visión (WFI), y con las cámaras chinas de Imágenes de Media Resolución (IRS) y de Alta Resolución (PANMux).
Esos equipos permitirán al satélite fotografiar, rastrear y registrar actividades agrícolas, deforestación de los bosques, cambios en la vegetación, recursos hídricos y expansión urbana con una resolución muy superior a la de los anteriores aparatos.
Las imágenes también pueden ser usadas para vigilar incendios, minería ilegal y tala de bosques, así como para apoyar la búsqueda de recursos minerales.
“Lo mejor del CBERS-3 es que cuenta con un conjunto de cámaras bastante versátil. Las cámaras fueron totalmente remodeladas para ofrecer imágenes más detalladas. Será posible, por ejemplo, notar la composición colorida de los objetos”, explica el coordinador del Segmento de Aplicaciones del Programa CBERS, José Carlos Epiphanio.
La MUX FM2 (multi-espectral, flight model 2), primera cámara de alta resolución para satélites desarrollada en Brasil, cuenta con una resolución de 20 metros (puede enfocar hasta una locomotora desde el espacio) y tecnología Multi-espectral para registrar imágenes en azul, verde, rojo e infrarrojo en franjas diferentes.
“Si la legislación ambiental determina que una plantación tiene que estar a 50 metros de un río, por ejemplo, con esta nueva cámara es posible identificar esas irregularidades”, asegura Epiphanio.
El equipo, desarrollado por la empresa privada Opto Eletronica y con un lente de casi 1,1 metros de extensión, posee un módulo que controla el sistema de ajuste focal, el control térmico y otros sistemas auxiliares, y un tercer componente en el que la imagen es procesada y enviada a Tierra.
Según Opto Eletronica, tan sólo siete países (Estados Unidos, Francia, Rusia, India, Japón, China e Israel) dominan la tecnología necesaria para construir una cámara con esta capacidad.
Epiphanio explicó que, a diferencia de los anteriores satélites, en los que China aportó el 70 % de los componentes, el nuevo aparato fue dividido en partes iguales por los dos países, lo que exigió de Brasil inversiones por 300 millones de reales (unos 130,4 millones de dólares).
Las imágenes son transmitidas a la base receptora que Brasil tiene en la ciudad de Cuiabá y a tres bases en China. “Entre el momento en que el satélite pasa por el local y en que la imagen llega a nuestras manos no demora más de dos días. Eventualmente puede ser el mismo día”, asegura el funcionario.
Las imágenes, usadas gratuitamente por unas 3.000 instituciones y unos 30.000 investigadores y empresas brasileñas, son aprovechadas principalmente por el INPE para el programa en que mide mensualmente el avance de la deforestación en la Amazonía. EFE