Lo improvisado en el ajuste del precio de la gasolina no cabe en la economía venezolana. Estimar una inflación para 2014 entre 26 y 28 por ciento supone políticas pensadas, que contengan arrebatos en los costos de bienes y servicios. Plantearse un aumento en el combustible oxidaría las barreras que evitan las variables inflacionarias. La Verdad
Orlando Cuicar, economista y miembro de la Academia Nacional de Ciencias Económicas, recomienda trazar un plan “gradual, ascendente y armónico” para incrementar los precios. Este “puede hacerse por etapas; primero se determina un porcentaje y se analiza el impacto de lo que están trasladando” quienes usan combustibles.
El efecto inmediato apunta a la tarifa del transporte público y fletes de materias primas, dos sectores importantes que pesan en la producción de bienes y servicios, dos segmentos que son evaluados por el Banco Central de Venezuela para determinar la inflación y que el Instituto Nacional de Estadística estudia, entre otros, para establecer el costo de la vida de la familia venezolana.