Bélgica ha retirado varias toneladas de carne de caballo del mercado después de haber recibido un aviso de Francia sobre su introducción fraudulenta al no estar autorizada para el consumo humano, informaron hoy las autoridades.
La Agencia Federal para la Seguridad de la Cadena Alimentaria (AFSCA, en sus siglas en francés) se ha incautado de 16,8 toneladas de carne de caballo fraudulenta en el registro de una empresa belga, que ha distribuido la mercancía en toda Europa.
Las autoridades belgas han informado a sus homólogas de los países afectados para evitar que la carne llegue a los consumidores a través de los supermercados.
La AFSCA explicó a la Agencia Belga que no ha actuado porque se trate de una partida no apta para el consumo sino porque existe un fraude administrativo, de acuerdo con su portavoz, Jean-Paul Denuit.
Francia ha iniciado una operación para desmantelar una supuesta red, con ramificaciones en Bélgica, para la introducción fraudulenta en el mercado de carne de caballo que no estaba autorizada para el consumo humano.
París ha criticado recientemente a la Comisión Europea (CE) porque, a su juicio, obstaculiza la obligación de que se identifique el origen de la carne, aunque reconoció que para enero, con el apoyo de Alemania, la medida pueda salir adelante.
Los caballos, procedentes de particulares, centros ecuestres y farmacéuticas que los utilizaron para producir suero de caballo purificado, fueron revendidos para su posterior consumo.
Francia informó a Bélgica el pasado 23 de diciembre de que 17,5 toneladas de carne de caballo fueron suministradas a una empresa belga, tras lo cual la AFSCA registró la compañía y retiró una partida de carne congelada.
No obstante, en ese momento no tomó muestras de la carne afectada, que fue mezclada mientras con otros tipos de carne para generar una partida de 82 toneladas.
Esta partida ha podido ser rastreada, según la Agencia Belga.
Entre febrero y marzo de 2013, un total de 1,6 toneladas de esta partida de carne fue vendida como carne fresca en una veintena de comercios en Bélgica. EFE