El Porsche en el que murió la estrella de la saga “Rápido y furioso” Paul Walker iba a más de 160 Km por hora cuando chocó y estalló en llamas, informó el viernes la oficina forense. AFP
“El conductor manejaba un Porsche Carrera GT rojo (…) a una velocidad peligrosa, de aproximadamente 100 millas por hora (160 Km/h)”, indicó el reporte forense citando a un investigador del accidente.
El actor de 40 años iba como pasajero del coche deportivo de 400.000 dólares de su amigo Roger Rodas, de 38, quien también falleció por traumatismos y quemaduras.
Las pruebas toxicológicas arrojaron que ni Walker ni Rodas habían consumido drogas o alcohol al momento del impacto el 30 de noviembre en la ciudad californiana de Santa Clarita, al norte de Los Ángeles, añadió el informe.
Cuando el conductor perdió el control por razones desconocidas, el automóvil de 600 caballos de fuerza viró y chocó contra la acera, y luego un árbol y un poste de luz.
“La fuerza de estas colisiones ocasionó que el vehículo girara 180 grados (…). El lado del pasajero chocó entonces contra otro árbol y estalló en llamas”, añadió el informe.
El reporte detalló que el cuerpo de Walker estaba “calcinado y en posición pugilística”. Un portavoz forense explicó que esta expresión describe “la forma en que los músculos del cuerpo se contraen debido al calor, hasta adoptar una postura similar a la de un boxeador”.
El cuerpo de Walker “no podía ser identificado visualmente”, agregó, “debido a la extensión de sus heridas”.
Poco antes del accidente, Walker había estado en un evento para recaudar fondos para las víctimas del tifón Haiyan en Filipinas para Reach Out Worldwide (ROWW), una organización sin ánimo de lucro dedicada al apoyo en catástrofes que fundó el actor.
En una infeliz coincidencia, Paul Walker tenía un papel principal en la serie de películas sobre salvajes carreras automovilísticas titulada “Rápido y furioso”.
El actor, que era también en la vida real un apasionado de los coches y la velocidad, hacía una pausa por el feriado de Acción de Gracias en la filmación de la séptima entrega de la saga, que debía estrenarse en julio, pero que se postergó hasta 2015.