La edición 2014 del rally Dakar arrancó el domingo en Rosario (310 km al norte de Buenos Aires) para un difícil recorrido de más de 9.000 km por las alturas andinas de Argentina, Bolivia y Chile, en la que los latinoamericanos abrigan expectativas en motos y cuatriciclos.
Las cuatro categorías de autos, motos, camiones y cuatriciclos partieron en un enlace hacia la ciudad de Córdoba (centro del país), donde iniciará la primera etapa.
En Córdoba, la segunda ciudad argentina a 700 km al norte de Buenos Aires, comenzará la carrera propiamente dicha en la que están inscriptos 431 vehículos con un total de 712 participantes. Un especial de 180 km conducirá entonces a los corredores hasta San Luis, al oeste de Rosario
Los participantes en la competencia considerada más exigente del mundo, están repartidos en 431 vehículos: 174 motos, 40 cuatriciclos, 147 autos y 70 camiones.
Esperanzas sudamericanas
El chileno Francisco ‘Chaleco’ López, tercero en moto en 2013, así como el argentino Marcos Patronelli en cuatriciclo, campeón en la edición anterior, y en menor medida su compatriota Orlando Terranova en auto, son los que apuntan más alto entre la pléyade de latinoamericanos que participarán en la sexta edición del Dakar- 2014 en Sudamérica, bautizado Odisea, que culmina el 18 de enero en el puerto chileno de Valparaíso.
“Estoy muy bien en lo físico y psicológico, además vengo de una temporada en la que trabajé duro para sentirme con esta confianza. No estoy estresado ni tengo presiones, voy en el mejor equipo, me parece que puedo afrontar el Dakar con buenas expectativas”, dijo ‘Chaleco’ López, nuevo piloto de KTM, antes del inicio de la carrera.
Tras varias jornadas de concurrencia multitudinaria de público en Rosario, se estima que el fervor continuará en los lugares establecidos a lo largo del recorrido de 9.374 km (mil más que en 2013) para los autos, de los cuales 5.500 serán ‘especiales cronometradas’, en una edición del rally, cuyo reto se centra en la resistencia.
Motos y cuatriciclos atravesarán por primera vez por los altos llanos bolivianos (hasta 3.600 metros de altitud) y el Salar de Uyuni, el más grande del mundo.
La competencia, dividida en 13 etapas, tiene como favoritos a los franceses Stéphane Peterhansel, ganador de la edición 2013 en auto, y a Cyril Despres (Yamaha) en moto.
Sin embargo, la carrera se anuncia extremadamente dura en la categoría de autos.
Peterhansel, ganador de las dos últimas ediciones de la carrera y quien retoma el volante de su Mini (escudería X-Raid-BMW), dice que ve “al menos cinco” serios competidores para el título, tres de ellos de su propio equipo: al catarí Nasser Al-Attiyah, vencedor en 2011, el español Nani Roma (vencedor en motos en 2004 y segundo en autos en 2012) y Orlando Terranova.
Según el ‘rey’ del Dakar, quien cuenta con 11 victorias en su cuenta particular (6 en motos y 5 en autos), los otros dos aspirantes son el sudafricano Giniel de Villiers (Toyota, 3 veces segundo y una vez tercero del rally) y el español Carlos Sainz (buggy, doble campeón del mundo de rallies y vencedor del Dakar 2011).
Seguridad, la mayor preocupación
En un trazado de altas exigencias, los organizadores han puesto especial atención al tema de la seguridad de los pilotos.
“Mi mayor preocupación es la seguridad de los participantes. Es la única cuestión que me impide disfrutar plenamente del evento. El Dakar es una prueba dura, con grandes peligros. Desde el principio sabemos que puede pasar alguna cosa”, dijo en Rosario a la AFP David Castera, director deportivo del rally.
Castera sostuvo que tiene esa inquietud “a pesar de las casi 22.000 personas encargadas de la seguridad que hay en los tres países”.
Por otro lado, aún está latente la amenaza de los indígenas del lugar por donde pasará el rally en Bolivia de efectuar un bloqueo de rutas, a raíz de un conflicto que mantienen con el gobierno, que apoya a otro grupo de nativos que pretenden el control de un sindicato.
“Si el gobierno no atiende nuestros reclamos, hemos dicho que vamos a bloquear el Dakar”, advirtió el dirigente indígena Rafael Quispe.
Sin embargo, la ministra de Comunicación de Bolivia, Amanda Dávila, manifestó que el gobierno no cree que “esa amenaza se concrete”.
AFP