A propósito del luto general por el asesinato de una ex miss, la mirada
internacional le colocó rostro de farándula a Venezuela sobre una situación
que lamentablemente es noticias regular los lunes, cifras alarmantes de un
país que no presenta un conflicto bélico pero cuya posición política oficial es
de enemistad y eliminación de toda oposición que por más ligera, el objetivo
es erradicarla. Un gobierno desinstitucionalizado ahogado en la concepción
monopartidista del único pensamiento de un fallecido líder, cuyos “hijo” están
radicalizados por mantener el poder.
Nuestra conducta en 15 años ha sido de adaptación a la realidad, ya es normal
hacer cola para comprar productos de la canasta básica, tales como café,
azúcar, harina de trigo, harina pan, medicinas y hasta papel toilet, ni hablar del
impacto visual que ha generado los anaqueles vacíos de ferreterías o tiendas
de ropa, o los estantes con productos repetidos para disminuir la sensación
de escasez. La regularidad con que observamos los insultos entre las toldas
políticas, materializado por los “rojos rojitos” con acciones deshonrosas, como
la persecución política, hostigamiento y ataque a investiduras otorgadas por la
soberanía popular que también los eligió a ellos.
Definitivamente vivimos en tiempos de revolución, citando a Ernesto “El
Che” Guevara decía “cuando lo extraordinario se hace cotidiano se está
en presencia de Revolución”, sin embargo esta cualidad en Venezuela
lejos de conducirnos a innovaciones y progreso, vamos como el cangrejo,
retrocediendo en los esquemas políticos, económicos y sociales, la cultura
del fenómeno político venezolana es retrograda, el pensamiento ideológico ha
roto paradigmas de satisfacción de metas por un esquema de conformismo
y justificación sobre las situaciones acontecidas, somos capaces de aceptar
que todo es culpa de terceros, excusas como la cuarta república, AD y Copei,
los medios de comunicación, CTV, Fedecamaras y hasta el imperio español y
gringo, son los argumentos esgrimidos para juzgar responsables sin juicios de
la alarmante situación del país.
Ahogamos nuestra libertad en apellidos justificatorios de la realidad venezolana, en frases como: “Me robaron, pero gracias a Dios estoy vivo”,
“Los mataron, pero eso es porque no tenían escoltas”, “No conseguí harina
pan, pero compré un TV plasma”, “Qué mal lo que hicieron a los comercios,
pero como no es conmigo no me meto”, “Insultaron a fulanito pero al menos
no lo metió preso”, “Les quitaron la competencias pero tenemos “dedocracias”
(eufemismo)”, “Menos mal que está exiliado porque si no, estuviera preso” son
escuchada regularmente en las calles.
Esa es la Venezuela que nos lega una revolución y que acalla nuestra voz
porque si no trabajo no como, llego la hora de despertar, amanecerá el dia en
que habrá churupos pero nada de alimentos para comer. ¡Despierta! Te invito a
actuar por construir un futuro mejor.
@RanieroCassoni
Concejal del Municipio El Hatillo
Ranierocassoni@gmail.com