Al gobernador Arias Cárdenas las cosas no le cuadran fácilmente. Está entrampado. Es prisionero de sí mismo. De la inoperancia chavista. Por una parte sabe que tiene una deuda con los zulianos. Que prometió de todo en campaña: Continuidad de las Becas JEL, seguridad, eliminación de multas eléctricas, de los apagones, fin del bachaqueo y nada de eso ha cumplido.
Pero su tormento político no cesa. La Ley Orgánica de los Consejos Legislativos de los Estados en su artículo 15, numeral 9 obliga a que el CLEZ deba fijar una fecha dentro de los 30 días siguientes a la instalación del periodo de sesiones para que el gobernador acuda y presente la memoria y cuenta.
Habiendo comenzado nuestro periodo de sesiones el 5 de enero, tendría Arias que acudir a la casa de las leyes del estado, en una fecha entre el 6 de enero y 5 de febrero, pero los números no le cuadran y hay un silencio sepulcral al respecto en el Consejo Legislativo.
¿Por qué es un dolor de cabeza para Arias esa memoria y cuenta? Primero porque sabe que sus niveles de impopularidad crecen día a día. Revisa y revisa encuestas. Regaña a los vivarachos de su gabinete. Los comentarios palaciegos en la Residencia Oficial también dicen que aún se despierta sudoroso a media noche, agitado con pesadillas de la pita del día de la bajada. Aún no supera ese trauma. Sabe el Gobernador que no tiene la confianza de sus electores, menos de quienes lo adversaron. Su “bajón” en las encuestas lo tiene bajo tribulaciones febriles desesperantes.
Segundo, por el tímido respaldo político del Psuv que con rencor ve algunos ex dirigentes y comerciantes antichavistas haciendo fiestas con el presupuesto regional. Eso, aunado a la derrota de Pérez Pirela, le dio ánimos a sus detractores dentro del Psuv (corrientes rodriguistas y di martinistas) de lapidarlo políticamente puertas adentro, pues también fue su derrota como jefe de campaña.
Y tercero, porque no sabe qué mostrar como obra. El modelo de gestión en salud que heredó Pablo Pérez de Manuel Rosales está en coma. La seguridad es un rayón rojo rojito también. Las escuelas abandonadas y el servicio de alimentación escolar está desaparecido, al igual que la dotación de insumos escolares. La cultura por el suelo. Tan solo el desmantelamiento de Fundagraez, que era el instituto cultural más importante del país sufrió las consecuencias de una desacertada administración expulsando de allí a grandes gaiteros que ahora tienen que mendigar para solucionar sus problemas. Y por último y no menos importante la inseguridad. Los asesinatos en la región son prueba de ello.
En el CLEZ, como siempre, estaremos bien atentos a ver si cumple con lo que la ley obliga. Por eso, no será un día fácil para Arias el de su memoria y cuenta. Para muchos no aprobó la materia. Para los zulianos #AriasEstaRaspao