Otro documental extranjero, otra vergüenza más. Esta vez, nuevamente, una reseña de la cárcel de San Antonio en Margarita, que retrata la feliz vida de aquellos que violaron la ley y que deberían enderezarse.
Técnicamente el ministerio de Prisiones es un soberano chiste y no podemos comentar nada de su titular, Iris Valera, no sea que este Profesor PHD, al que no sabemos si le alcanza el sueldo con la maxidevaluación, se vuelva a picar y nos tilde de golpistas por sacarle una vez más las verdades en su rostro.
RELACIONADO: Conoce “Tokio” la discoteca de Tocorón por dentro (Fotos) http://patil.la/1bc8abG
A continuación la nota y documental de Journey Man, empresa con más de 20 años retratando extrañas realidades del mundo, esta vez, la nuestra.
Las cárceles de América Latina suelen ser lugares oscuros. Pero la prisión de San Antonio en Venezuela podría ser confundido con un centro de vacaciones, con su piscina, puestos de comida y alojamiento para los huéspedes.
“Este es un paraíso surrealista. Son más seguros aquí que en cualquier otro lugar en la ciudad”, dice la psicóloga Karina Hum. Es tan bueno que muchos no quieren irse. Pero detrás de las fiestas de baile y las familias que se divierten bajo el sol, el mundo de las drogas, las armas y la violencia sigue siendo evidente. El hombre a cargo es El Conejo, un poderoso y famoso mafioso encarcelado. “El gobierno aquí no controla nada en absoluto”, dice Carlos Nieto Palma, director de una organización no gubernamental que monitorea las prisiones. Al reconocer la autoridad de los criminales resuelve un gran problema en el sistema penitenciario, pero también significa hacer la vista gorda a lo que los delincuentes hacen mejor. “Estamos promoviendo una revolución penitenciaria”, dice el ministro de Prisiones Iris Varela.