La presidenta argentina, Cristina Fernández, pidió hoy a los empresarios de su país que dejen de fugar divisas al exterior y aumenten sus inversiones en vez de aumentar los precios, que han pegado el salto tras la devaluación del peso de hace dos semanas, y sugirió cambios en el modelo de subsidios.
“No vamos a permitir que sigan saqueando el bolsillo de los argentinos”, dijo Fernández en su primer acto público tras la fuerte devaluación que sufrió el peso argentino hace dos semanas, depreciación que ya comenzó a trasladarse a los precios al consumidor.
Desde la sede del Ejecutivo y con un discurso trasmitido por cadena nacional, la mandataria pidió a los empresarios que “no le mientan a la gente” porque “nadie puede trasladar” la apreciación del dólar, que fue del 23 % en enero, “a todos los precios de la economía” ya que no todos los sectores tienen costes en dólares.
“Es hora de que todos los sectores asuman la responsabilidad para que todo siga funcionando. Una presidenta sola no puede”, afirmó.
En su discurso, Fernández anunció un aumento del 11,31 por ciento en las jubilaciones que cobran 7,3 millones de retirados y un alza del 200 % en la asignación escolar anual que cobran 1,9 millones de familias.
La mandataria defendió estas medidas, negó que sean de corte “populista” o que provoquen inflación, sino que, por el contrario, mejoran el consumo.
Fernández sostuvo que “del otro lado”, en referencia a industrias y comercios, “parece que solo aumentan los precios”.
“Sería bueno que aumenten las inversiones”, dijo la mandataria en un reclamo dirigido a los empresarios, quienes, aseguró, con medidas como las anunciadas hoy que aumentan los ingresos, las compañías “tienen aseguradas las ganancias”.
En esa línea, les demandó que, “en vez de fugar divisas al exterior”, “reinviertan y apuesten por su país, que ha creído en ellos y ha sostenido el desarrollo de una industria nacional”.
En medio de la turbulencia económica, Fernández reivindicó su “modelo” y dijo que el Estado no se quedará cruzado de brazos y “nunca va a dejar librado a la suerte al resto de los argentinos”.
La presidenta también cuestionó al sector sindical, incluso a dirigentes gremiales oficialistas que en los últimos días advirtieron que, por la inflación, el salario no alcanza para el sustento.
“Yo no creo que el salario no alcance o algún argentino se muera de hambre”, aseguró Fernández, ante un auditorio que incluía a sindicalistas oficialistas.
La inflación, que según proyecciones privadas será este año de entre el 30 y el 35 %, ya ha comenzado a impactar en las negociaciones salariales, con demandas de ajuste que tienen como piso un 30%.
Fernández criticó a los gremios por plantear un aumento de salarios como la “única solución” a los incrementos de precios y advirtió que, así, “se va a entrar en un desfiladero en el que los únicos perjudicados serán los miles de trabajadores a quienes hay que garantizarles precios justos”.
“Los primeros patos de la boda en toda crisis son los trabajadores”, afirmó Fernández, quien alertó que la situación económica mundial “viene complicada, también para los países emergentes”.
Fernández reclamó a los sindicatos que se sumen a los consumidores para controlar el programa “Precios cuidados”, que estipula los precios de dos centenares de productos de consumo masivo.
La mandataria se refirió a la flexibilización del “cepo” cambiario, puesto en marcha el pasado 27 de enero, que permite la compra limitada de dólares para ahorro personal.
Desde entonces, el Fisco autorizó compras de dólares por 223 millones, de las cuales se hicieron efectivas adquisiciones por 140 millones.
Fernández sostuvo que la mayoría de estos compradores son trabajadores en relación de dependencia, que pueden destinar el 20% de sus salarios a la compra de divisas extranjeras.
Por ello, habló de “prosperidad” y, en este sentido, afirmó que es “evidente que hay sectores que ya no necesitan los subsidios” que el Estado afronta.
“No es justo que un trabajador compre dólares y se les subsidie la luz, el agua y el gas”, dijo la gobernante, quien advirtió que deben revisarse estos “desequilibrios”.
Al término de su discurso, la presidenta se dirigió a cientos de simpatizantes que abarrotaban los patios de la Casa Rosada para exhortarles a colaborar con el Gobierno en la tarea de controlar los precios. EFE