Maduro asume en cadena que “fue una decisión de Estado (es decir, de él)sacar del aire la televisora colombiana NTN24, de gran audiencia en Venezuela ante la censura de las nacionales. “Mi gobierno -dijo malhumorado- va más allá de la legitimidad política, electoral, constitucional” (que no tiene, por cierto)pues es “una legitimidad abarcante, de varias dimensiones” (La “dimensión dictatorial” ya es vox populi en la comunidad internacional). Ataca en la cadena a la agencia AFP porque su fotógrafo testimonió que fueron los “colectivos” motorizados y armados quienes dispararon contra el estudiante asesinado, Bassil Dacosta. Jura Maduro que la “violencia no provino de las filas del oficialismo”, pero miles dan fe de que la multitudinaria marcha llegó pacíficamente a la Fiscalía (la fiscal no los recibió) y a su retiro fueron emboscados por los motorizados armados (de motos compradas con dinero público y pago el 15 y último en instituciones oficiales), que antes habían aterrorizado a vecinos de la Candelaria. El fotógrafo de AFP constató que “hombres armados en motocicletas dispararon contra la multitud: el estudiante Bassil Dacosta recibió un disparo mortal en la cabeza. Provea denunció que a las 3:00 pm grupos armados de colectivos (en presencia de la GNB y la PNB) emboscaron a los estudiantes que se retiraban de la marcha. Ni una palabra de pesar oficial por el asesinato de los estudiantes y sí un panegírico por el “camarada” Juan Montoya, quien en 2010 fuera detenido por el Cicpc como presunto autor de la colocación de explosivos en la sede de Fedecámaras en 2008. Integraba el “Secretariado Revolucionario” que agrupa a 107 colectivos y habría muerto en enfrentamiento con la PNB, según informa el colega Eugenio Martínez. Diosdado ratifica que el “camarada” Juancho era líder de los colectivosdel 23E. “En Venezuela roban cámaras de agencias, sacan de cableras TV extranjera, detienen a periodistas” informa la prensa internacional al relatar que los “camaradas” robaron las cámaras de AFP y AP y de colegas nacionales. En Mérida los “Tupamaros” (en nómina de la gobernación) violaron viviendas y secuestraron e hirieron a estudiantes.
La represión del 12F no desanimó a los jóvenes, que salieron por miles en 8 estados el jueves, a pesar de las tanquetas regadas por el país, mientras el narcotráfico y contrabando fronterizos siguen campantes. La prensa mundial reseña las prácticas dictatoriales de Maduro, quien imitando a Lukashenko (tiene a partidos bielorrusos prohibidos y presos a todos los líderes opositores) anunció que “impulsará inhabilitaciones de por vida”, tarea ya iniciada con la orden de capturar a Leopoldo López, a los gritos del encapuchado Jaua:“¡Leopoldo asesino, justicia ya!”, los montajes grotescos de Aissami en Aragua y la rocambolesca denuncia de Vielma Mora contra María Corina a la que acusa de “quema de vehículos”.
Hay rebelión en la granja: rencillas endógenas, críticas en Aporrea, feroz escasez en los mismísimos anaqueles de Mercal y Pdval que alebresta a su ya escasa clientela política, torpes referencias a un golpe opositor (¿los militares no son “tuyos” Maduro?) y, sobre todo, los miles de estudiantes, trabajadores, periodistas y ciudadanos demócratas que seguirán en la calle exigiendo sus derechos a pesar de la violencia oficial. Que alguien le haga entender a Maduro que no se salvará ni con la brutal represión de estos días.