Un grupo de científicos logró por primera vez en la historia penetrar en el corazón de una estrella unos minutos antes de su explosión, levantando así el velo de uno de los mayores misterios de la astronomía, presente en el origen de la materia y la vida.
Jean-Louis Santini/AFP
Las observaciones realizadas con el telescopio de rayos X NuSTAR, lanzado por la NASA en 2012, permitieron recrear el mapa de ondas de choque que probablemente causaron el fin de una estrella en 1671 para dar nacimiento a la supernova Casiopea, que se encuentra a 11.000 años luz de la Tierra.
Los restos de esta estrella han sido fotografiados por muchos telescopios, ópticos, infrarrojos y de rayos X, pero las imágenes logradas ahora no tienen precedente, explican los autores del descubrimiento, publicado en la revista británica Nature.
Las imágenes muestran cómo los restos estelares entran en colisión en la onda de choque con el gas y el polvo circundante y se calientan en el proceso.
El telescopio NuSTAR fue capaz de recrear la primera emisión de rayos X de alta energía proveniente de materiales creados en el corazón mismo de la estrella que explota. La energía liberada empuja las capas externas de la estrella y los escombros son lanzados a más de 5.000 km/segundo por todo el cosmos.
“Esta observación es uno de los avances más importantes en astrofísica de alta energía desde hace décadas”, valora Steven Boggs, profesor de física de la Universidad Berkeley de California y uno de los coautores del trabajo.
– “Somos polvo de estrellas” –
Ahora que es posible observar los materiales radioactivos, “tenemos una vista más completa que nunca antes de lo que pasa en el corazón de la explosión”, explicó en conferencia telefónica Brian Grefenstette, astrónomo del Instituto de Tecnología de California.
Estos datos ayudarán a los astrónomos a elaborar -en las computadoras- modelos en tres dimensiones de la explosión de las estrellas y comprender ciertas características misteriosas de las supernovas, según los científicos.
“Las supernovas producen y eyectan en el cosmos la mayor parte de los elementos que son importantes para la vida tal como la conocemos”, dijo Alex Filippenko, profesor de astronomía de Berkeley. Según él, los resultados son importantes porque por primera vez hay información “sobre los que pasa en las explosiones y dónde se forman los diferentes elementos de la materia”.
“Comprender el mecanismo de la explosión de una estrella es fundamental para tratar de entender de dónde venimos y remontarnos al origen de todos los materiales que nos rodean como el carbono, el hierro, el calcio”, explicó Grefenstette, agregando: “Nosotros somos de hecho polvo de estrellas”.
“El núcleo radiactivo actúa como una sonda de las explosiones de las supernovas, lo que nos permite ver directamente las densidades y las temperaturas en los procesos nucleares a los que no tenemos acceso en los laboratorios terrestres”, explica Boggs.
Desde la explosión de Casiopea, hace 343 años, sus restos se han dispersado cerca de 10 años luz en el cosmos, amplificando las características de este cataclismo estelar que podemos observar desde la tierra, señalan los astrónomos.