La escalada de tensión que se vive en Ucrania se está convirtiendo rápidamente en la peor crisis entre Rusia y Occidente desde el corto conflicto entre Georgia y Rusia en 2008. Reseña BBC
Aquella guerra terminó con una Georgia humillada y con los rusos en control de dos enclaves independentistas georgianos de mayoría rusoparlante.
Osetia del Sur y Abjazia fueron posteriormente reconocidos por Moscú como Estados separados, si bien en realidad quedaron como protectorados de Rusia.
Occidente, pese a todas las condenas expresadas, quedó como mero espectador al margen.
El drama de Crimea tiene un significado totalmente distinto
Si esto desemboca en una batalla a plena escala entre Moscú y Kiev, las consecuencias pueden ser impensables. Lo peor sería la incitación de una amarga guerra civil dentro de Ucrania, pero también está el riesgo de cultivar la inestabilidad en las fronteras de Europa.
Y los problemas entre el presidente de Rusia, Vladimir Putin, y Occidente pueden tener graves ramificaciones en todo un abanico de conflictos internacionales desde Siria hasta el destino del programa nuclear de Irán.
Reminiscencias del pasado
Lo que de alguna manera es muy llamativo es lo predecible que está siendo el comportamiento de Rusia hasta ahora, parece recién sacado del guión de la era postsoviética.
Esto incluye una dosis de retórica política (quejas sobre las amenazas contra minorías rusas, sitios ortodoxos y demás) más una serie de amenazas de presión económica (la imposición de nuevas tasas aduaneras en la frontera entre Rusia y Ucrania) y una acción militar abierta al menos en la región de Crimea.
Allí, instalaciones clave y edificios gubernamentales fueron tomados por militares en uniformes sin identificar cuyo armamento, vehículos y comportamiento los identificó como personal del servicio regular bajo órdenes de Moscú.
Después de todo, lo que se ha elucubrado sobre una potencial invasión rusa de Crimea, los hechos sugieren que Rusia, en gran medida, ya tiene el control allí.
La sede de la Flota del Mar Negro en Sebastopol le da a Moscú toda la infraestructura militar que necesita para intimidar a las fuerzas locales de Ucrania y los rusos parecen haberse reforzado con pequeños grupos de unidades especiales desplegadas a la zona en días recientes.
Conforme la cámara alta del Parlamento ruso dio su aprobación a un despliegue más extenso de las tropas en Ucrania, muchos expertos se preguntan si esto es realmente una opción para el presidente ruso o si es simplemente un gesto para aumentar la presión sobre el nuevo gobierno interino de Ucrania.
Riesgos para Putin
El comportamiento del presidente ruso es quizá predecible en relación con el manejo de anteriores crisis en los aledaños de Rusia pero, bajo otra luz, es bastante desconcertante.
Aquí hay enormes riesgos para una Rusia que, por el momento, puede estar animada por los altos precios del petróleo y el gas pero que es muy susceptible a las fluctuaciones de los mercados energéticos.
Rusia se ha restablecido como jugador diplomático en el escenario mundial, sin olvidar su papel crucial, y no exento de controversia, en el conflicto sirio.
¿Realmente está Putin preparado para poner su posición internacional en riesgo?
La pregunta es vigente especialmente en el contexto ucraniano, porque si bien esto está derivando en una crisis con reminiscencias de las tensiones de la Guerra Fría, la realidad de las dificultades de Ucrania se resume en una simple verdad: el país va camino de ser un caso perdido por la mala gestión y el despilfarro del liderazgo anterior en Kiev.
Ucrania necesita un enorme apoyo financiero del exterior. Esto no puede llegar sólo desde Rusia ya que sería como una roca alrededor del cuello de la economía rusa.
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