“No vamos a permitir un derramamiento de sangre, no vamos a permitir atentados contra la vida y la salud de aquellos que viven en Ucrania, ni tampoco contra los ciudadanos rusos que viven en Ucrania”, afirmó Lavrov en rueda de prensa en Madrid tras reunirse con su homólogo español, José Manuel García-Margallo.
Preguntado sobre si Moscú negociaría una retirada de las fuerzas prorrusas en la península de Crimea, el canciller contestó: “Yo quisiera que se explique qué son las fuerzas prorrusas: si son las fuerzas de autodefensa creadas por los habitantes de Crimea, nosotros no tenemos ninguna potestad sobre ellos. No reciben nuestras órdenes”.
Por su parte, “los militares rusos de la flota del Mar Negro están en sus lugares de destino y se han tomado unas medidas de alerta especial y control de toda la flota del Mar Negro”, agregó.
Después de más de tres meses de crisis política en la exrepública soviética que condujeron a la destitución del presidente Viktor Yanukovich, la toma de control de la mayor parte de Crimea por fuerzas rusas provocó tensiones inéditas entre Moscú y los países occidentales desde la desaparición de la Unión Soviética.
El secretario de Estado norteamericano, John Kerry, acusó a Rusia, el martes desde Kiev, de “estar trabajando duro para crear una excusa que le permita seguir invadiendo” Ucrania, al tiempo que, en Washington, el presidente Barack Obama ponía en duda la buena fe del presidente ruso, Vladimir Putin, asegurando que sus declaraciones “no engañan a nadie”.
Saliendo de su silencio, Putin había negado poco antes la implicación de las tropas rusas en Crimea y denunció un “golpe de Estado” contra Yanukovich.
Después de Madrid, donde Lavrov se había reunido el martes con la jefa de la diplomacia europea Catherine Ashton, así como con el jefe del gobierno español Mariano Rajoy y el rey Juan Carlos, el canciller ruso debía viajar a París donde tenía previsto un encuentro con Kerry.
Lavrov criticó que la comunidad internacional exija cumplir con la legalidad en Ucrania cuando, en su opinón, Estados Unidos y la Unión Europea no lo hacen.
En el memorandum de Budapest, firmado en los años 1990 por Rusia y Estados Unidos para garantizar la soberanía de Ucrania, “se dicen varias cosas, antes de todo no tomar medidas obligatorias dirigidas a Ucrania, medidas que puedan violar la soberanía”, recordó Lavrov.
“Los órganos de la soberanía son el presidente y otros órganos”, aseguró, acusando a Estados Unidos de emprender sanciones contra Ucrania y a la Unión Europea de haber amenazado al país tras la negativa de Yanukovich en noviembre a firmar un acuerdo de asociación que hizo estallar las protestas.
“Yo ruego que todos recuerden que es un problema muy complejo. Y para calmar la situación todo el mundo tiene que basarse sobre la letra de la ley y no crear una sensación de que alguien puede violar absolutamente todos los tratados, incluida la Constitución de Ucrania, y otros tienen que cumplir absolutamente todas las leyes”, agregó.
También García-Margallo llamó a calmar los ánimos y dialogar.
El tratado de asociación entre Ucrania y la UE “erróneamente fue presentado como una alternativa exclusiva y excluyente a la unión aduanera euroasiática que Rusia y otros países del área han puesto en marcha”, afirmó.
“Es opinión del gobierno español y así lo hemos transmitido en la Unión Europea que estas dos opciones (…) no deben ser consideradas como opciones exclusivas, como opciones incompatibles, deben ser por el contrario dos pilares sobre los que ir avanzando en un acuerdo de libre asociación entre Rusia y Unión Europea para crear una zona de libre comercio desde Lisboa hasta Vladivostok”, agregó. AFP