La tecnología, la interconexión de dispositivos electrónicos y el abaratamiento de los sensores en unos entornos de población cada vez más longevos hacen prever una inmediata explosión de pequeños robots o máquinas autónomas con inteligencia artificial en los hogares para tareas domésticas.
Amaya Quincoces Riesco/EFE
Brazos robóticos que plancharán la ropa o máquinas autónomas que colgarán las prendas recién salidas de la lavadora o que guardarán los platos en el lavavajillas son solo algunos ejemplos de cómo cambiará la forma de hacer ciertas labores domésticas en unos pocos años gracias a los robots.
La empresa iRobot, líder en robótica militar y seguridad, doméstica y telepresencia acaba de celebrar en Múnich un evento con la prensa internacional para presentar sus últimas innovaciones tecnológicas; su consejero delegado y presidente, Colin Angle, asegura en una entrevista con EFEfuturo que el hogar será, sin duda, el ámbito “con más avances” en robótica en los próximos años.
“Las sociedades estamos envejeciendo; mantener nuestros actuales estilos de vida implicará ayuda para muchos en tareas tan habituales como las del hogar, y también en otras como el ámbito asistencial, dado que las personas necesitarán apoyo, y la tecnología ayudará a cubrir esas necesidades”, ha añadido.
Y también en la salud, la robótica tiene un papel “prioritario”, ha dicho, porque permite llevar al doctor hasta el enfermo sin que este se tenga que desplazar, y en el sector empresarial la telepresencia con robots está evitando ya viajar de un lado a otro para reunirse.
El uso de máquinas autónomas dotadas de sensores y capaces de aprender del entorno para tomar decisiones propias y con capacidad para moverse libremente se está popularizando, mientras que hace solo unos años se restringía a entornos más distantes para el ciudadano, como el espacial, militar o la fabricación industrial.
De hecho, la idea de usar drones o aviones no tripulados para fines civiles y no militares como se plantea Amazon para el reparto de paquetes confirma esa tendencia; también Facebook va en la misma línea, recuerda, con su anuncio de compra de un fabricante del sector, mientras que Google se ha lanzado en los últimos tiempos a comprar varias empresas de robótica.
“Si las tecnologías permiten que los robots con precios asequibles hagan tareas poco gratas como las domésticas, es lógico que se vayan popularizando”, dice el directivo de iRobot.
De hecho, las ventas de aspiradoras robotizadas para el hogar en la última década han sido 10 millones solo para esta empresa, fundada en 1990, por un grupo de compañeros del prestigioso MIT, inicialmente para colaborar con robótica de la NASA y militar y de seguridad, aunque luego extendió sus productos al consumo doméstico.
Sus robots participan en guerras, como en Afganistán, con más de 5.000 unidades comercializadas para tareas de ámbito militar.
También colaboran en tareas peligrosas y de alto riesgo, por ejemplo de rastreo, tras el escape radiactivo de la central nuclear de Fukushima (Japón), y en zonas devastadas por catástrofes o atentados, como en las llamadas Torres Gemelas de Nueva York, y en la seguridad de macroeventos deportivos.
Sus últimas innovaciones, un pequeño aparato doméstico que se mueve solo, con un innovador sistema de aspirado del suelo a partir de unos cilindros esféricos y un extractor de aire, que evita la incómoda presencia de cepillos que necesitan limpieza periódica de pelos y pelusas. Asimismo, una máquina autónoma de fregado con sensores, motor y dos depósitos, para limpiar solo con agua limpia.
Según el directivo de iRobot, “la tecnología formará parte de nuestras vidas en proporciones increíbles”, y en breve se verán en cosas ahora impensables.
Tras pararse brevemente a pensar, ha hablado de posibles brazos robotizados u otras extremidades absolutamente sofisticadas con piel artificial y que permitirán percibir sensaciones a quien los lleve, o incluso quizás pronto podrían insertarse dispositivos electrónicos en zonas como el cerebro para mejorar el rendimiento académico. EFE