La Policía de Portland tuvo que controlar a un gato de 10 kilos (22 libras) que hizo que sus dueños se refugiaran en su habitación después que atacó al bebé de la familia.
El bebé no fue lesionado en el incidente del domingo.
El sargento Pete Simpson, portavoz de la Policía de Portland, dijo que los agentes respondieron a una llamada esa noche de una pareja que se había encerrado en su habitación con su bebé y el perro de la familia después que el gato atacó al menor.
Simpson dijo que el operador del número telefónico de emergencias escuchaba al gato bufar mientras la familia esperaba a la policía.
Los agentes usaron un aparato para controlar perros para capturar al gato y colocarlo en una jaula.
Simpson dijo que los dueños le dijeron al despachador que el gato ha actuado violentamente en otras ocasiones. Los dueños decidieron quedarse con el felino. AP