La toma de la intersección entre la avenida Atlántico y la avenida Leopoldo Sucre Figarella (conocida como semáforo del Loefling) terminó en disturbios el lunes por la noche: un vehículo de Corpoelec Sur intentó atravesar una de las barricadas, lo que ocasionó un enfrentamiento entre los estudiantes que allí permanecían y quienes manejaban la unidad, según uno de los jóvenes, que prefirió no identificarse, publica el Correo del Caroní.
El joven relató que “toditos corrimos hacia el carro, éramos bastantes” para defender la tranca. “Los tipos (que estaban en el carro de Corpoelec) se fueron corriendo” y posteriormente la unidad fue quemada, alrededor de las 10:30 de la noche, según el testimonio. Unos 30 minutos después comenzó la represión de la Guardia Nacional Bolivariana (GNB) a la manifestación, que había dejado de ser pacífica.
Pero no solo los jóvenes que protestaban fueron agredidos. Los ataques con bombas lacrimógenas afectaron a todos los vecinos de las residencias Los Mangos, pues los efectivos entraron al conjunto y lanzaron los gases hacia dentro de los edificios y casas de la urbanización, hasta un poco después de la 1:00 de la madrugada.
Casa incendiada
“El humo no me dejaba apagar la candela”, relató entre lágrimas Eva Rodríguez, propietaria de la casa de tres niveles que se incendió la madrugada de este martes en Los Mangos, luego del ataque de la GNB. El espacio afectado fue el segundo piso del inmueble, específicamente el cuarto de su hijo, Andrick Rodríguez, de 23 años, quien minutos antes de que las llamas arreciaran, se había ido a dormir al cuarto de su madre, “porque allá pega menos el humo” de las bombas lacrimógenas, que habían lanzado hacia los hogares.
En la vivienda aún se sentía el efecto del gas lacrimógeno este martes a las 10:00 de la mañana. El que entraba al lugar sentía molestias en los ojos. Según Rodríguez, los efectivos lanzaron una bomba lacrimógena hacia la habitación y esta “cayó encima de la cama” ocasionando el incendio, debido al calor con el que sale disparado el cartucho. El fuego acabó con el juego de cuarto, una impresora y demás pertenencias personales del joven. Las paredes y el techo del resto del nivel quedaron grises a causa del humo, pero no hubo daños estructurales.
Tres personas se vieron afectadas con el incidente, Rodríguez, su hijo y su sobrina: “Estábamos asfixiados por el humo”. A la mujer le cayó un pedazo de vidrio de las ventanas que se rompieron, y la hirió en la frente, los demás resultaron ilesos.
Las llamas fueron apaciguadas por jóvenes manifestantes, quienes “buscaron agua, tierra y apagaron eso”. Andrick Rodríguez aseguró que “en lo que vieron que la casa se estaba quemando, ellos (GNB) se fueron” y cesaron los ataques. La señora Eva relató que “ellos apuntan con unos rayos láser rojos, yo los he visto antes, ellos saben a dónde apuntan” las bombas lacrimógenas.
Por otra parte, vecinos relataron que un efectivo de la GNB “golpeó con la cacha del FAL (nombre que popularmente se le da a las armas de guerra de la Fuerza Armada Nacional Bolivariana, que actualmente usa fusiles AK-103)” el carro de Rodríguez, un Chevrolet Aveo dos puertas. La mujer preguntó “¿Quién nos va a responder?”, expresando desconfianza en cuanto al correcto funcionamiento de entes como la Fiscalía y el Comando Regional número 8, razón por la que no han hecho la denuncia.
“Mi hijo no estaba en la manifestación y a mí nunca me han visto ni siquiera golpear una olla, yo soy cristiana evangélica”, dijo Rodríguez, rechazando el ataque al azar de los funcionarios. Cabe destacar que, a través de la cuenta en Twitter @GNBCORE8, el cuerpo de seguridad atribuyó la causa del incendio a una bomba molotov.
Rastros de una “zona de conflicto”
Caminar en las calles internas de las residencias Los Mangos es toparse con cartuchos de bombas lacrimógenas ocasionalmente. Angys Lara, vecina del sector, informó que el muro de bloques que instalaron los residentes para cerrar la urbanización desde la avenida Atlántico “lo tumbó la Guardia (Nacional) para meterse cuando ellos quisieran. Los muchachos colocaron un alambre de púas y también lo quitaron” el lunes. El espacio continúa abierto.