La señora Carmen Velázquez, adjunta de Roy Chaderston, no perdió la oportunidad para arrastrarse en el cumplimiento de la orden de Maduro. Cuando le preguntaron si votaba por una sesión pública o privada, la señora Velázquez derramó cinismo: “con toda transparencia, PRIVADA”, dijo.
De inmediato la carcajada fue total. Hasta los 21 “diplochulos” que la respaldaron en su turbia votación soltaron la risotada que ha sido noticia en el mundo. Me cuentan que la hilaridad de estos impresentables molestó mucho a Roy, quien pronto emplazó a varios de ellos. Pero como suele suceder en estos tiempos de diplomacia a punta de petrochequera, la respuesta general fue más o menos así: “qué querías tú, Roy. A mi me pagaron porque votara “privada”, no por tragarme la risa ante la torpeza de tu compatriota. Esa tipa creyó que se la estaba comiendo y lo que la estaba era poniendo”. Parafraseando al filósofo Mario Moreno, “no me defieeendas comaaadre”.