En Palaima y La Trinidad conocieron la “Patria querida”, del Gobierno (FOTOS)

En Palaima y La Trinidad conocieron la “Patria querida”, del Gobierno (FOTOS)

Más de 300 bombas lacrimógenas fueron lanzadas a los apartamentos de La Trinidad y Palaima durante seis horas. Nueve vehículos fueron desvalijados y quemados en los estacionamientos. Polimaracaibo detuvo a 19 sujetos señalados de participar en ataque; uno de ellos acaba de salir de la Cárcel de Tocorón.

Dariana Bracho y Edward Rodríguez / Especial para LaPatilla

Indignación, una tensa calma y la firmeza inquebrantable de luchar y defenderse del “abuso de poder” que ha traspasado la puerta de los cientos de hogares que hay en los Conjuntos Residenciales de La Trinidad y Palaima, en Maracaibo, es lo que se percibe tras el cruento ataque del que fueron objeto el pasado jueves 27 de marzo por más de seis horas ininterrumpidas por parte de la Guardia Nacional del Pueblo y de los Colectivos.

Los caparazones de tres vehículos que fueron desvalijados y posteriormente quemados, portones, protecciones y puertas rotas son parte de las evidencias que aún quedan intactas en los edificios de La Trinidad, que fue el escenario donde los militares y Colectivos descargaron su rabia e impotencia al no poder entrar en Palaima donde una vez más los estudiantes defendieron su “trinchera”.

“No hay derecho. No hay derecho para que nos atacaran así. Nosotros somos un pueblo indefenso que no tenemos armas. La Guardia Nacional trajo a los Colectivos en sus motos y mientras los militares disparaban lacrimógenas y perdigones, los delincuentes entraban a nuestros apartamentos a robarnos y golpearnos”, contó Isabel Suárez, habitante del bloque 18 de los edificios de La Trinidad.

Más de 300 bombas lacrimógenas fueron lanzadas hacia los apartamentos, según las evidencias recolectadas por los habitantes luego del ataque que no fue detenido a pesar de la presencia de niños, ancianos y personas con discapacidad que suplicaban a gritos una tregua para poder escapar no tanto por los efectos del gas, sino por las acciones vandálicas de los Colectivos que entraban a los apartamentos a golpearlos y a robar todo cuanto pudieran.

¿Patria querida?

Al son de: “Patria, Patria, Patria querida” que cantaban los uniformados, y de las múltiples detonaciones de las bombas lacrimógenas y perdigones; los guardias nacionales cercaron el Conjunto residencial La Trinidad.

A patadas y martillazos los miembros de los Colectivos, que cubrían sus rostros con máscaras antigases, para no resultar afectados por las lacrimógenas, irrumpieron en los apartamentos.

“Esto era un caos. Nunca entendimos porqué entraron a nuestras casas a robar. Nosotros nunca estuvimos involucrados en manifestaciones, barricadas, ni nada de lo que ha ocurrido en el país desde febrero. Esos delincuentes entraron fue a robar, a más nada. Se llevaron televisores, laptos, microondas, perfumes, prendas”, dijo Gerardo Barrios, habitante de los edificios de La Trinidad.

La familia Alvarado fue una de las más afectadas, pues una de sus integrantes, Belinda Alvarado, estuvo a punto de ser violada por uno de los sujetos que entró a su apartamento donde se encontraba con su padre y hermana.

“Mientras un grupo de estaba saqueando nuestro apartamento, uno de los delincuentes se metió en el cuarto con mi hermana para violarla, como no pudo porque los vecinos salieron a nuestro auxilio, como pudieron; pues la tomaron de rehén para poder escapar. Le pusieron un cuchillo en el cuello y amenazaron con degollarla si los vecinos intentaban detenerlos”, contó en medio del llanto, Betsabeth Alvarado, hermana de Belinda.

El momento del sometimiento de la joven, fue grabado por un vecino, y el video que desde el jueves en la noche ha rodado en las redes sociales, ya cuenta con más de 300 mil reproducciones.

Hasta lograr objetivos

No haber alcanzado los objetivos “por ahora”, es la razón que mantiene en pie de lucha al Movimiento “Resistencia Palaima”.

Deli, líder del Movimiento, dijo que tras el “vil y desproporcionado ataque” del que fueron víctimas el pasado 27 de marzo, por parte de la Guardia Nacional del Pueblo y de los Colectivos, las ganas de seguir en pie de lucha por un cambio de Gobierno, se mantiene intacta.

“Nuestra lucha es por un cambio administrativo, es por un cambio de Gobierno. Está claro y demostrado que este Gobierno nos va a traer soluciones a los problemas que afectan a todos los venezolanos; sigue con sus malas políticas y un ejemplo reciente es el Sicad II”, dijo la joven estudiante desde lo que se ha convertido en su hogar desde el 12 de febrero: Palaima.

Asimismo, enfatizó que, el Movimiento Estudiantil del país no es violento, y durante el mes y medio que llevan en la calle, lo han demostrado a pesar de las provocaciones y ataques constante de parte las autoridades policiales, militares y hasta de los Colectivos.

“Salimos sin ánimo de violencia. El hasta aquí será cuando alcancemos los objetivos”, sentenció con firmeza Deli.

De Tocorón a La Trinidad

Unos 19 sujetos detenidos fue el resultado del operativo que en medio del ataque, ejecutó la Policía Municipal de Maracaibo (Polimaracaibo), en las cercanías de Palaima y La Trinidad, luego de que vecinos desesperados los llamaran para que los resguardaran defendieran.

El director del organismo policial, José Luis Alcalá, informó que gracias a las descripciones de las víctimas lograron la aprehensión de los individuos. De igual manera refirió que tres de ellos presentaron antecedentes policiales.

“Tres de los detenidos poseen antecedentes por los delitos de homicidio, robo a mano armada y robo agravado. Uno de ellos, de nombre Moisés Abraham Bastidas Revilla,  de 23 años, acaba de salir de la Cárcel de Tocorón”, indicó Alcalá.

También informó que en el grupo de aprehendidos habían cuatro menores, pertenecientes a la banda delictiva “Los Enanos”, fueron sorprendidos cuando trasladaban en motos los objetos robados en los locales comerciales y apartamentos de la urbanización La Trinidad, parroquia Juana de Ávila.

Otro de los apresados, de nombre Jack Pestana, sindicado por los vecinos de irrumpir en algunos apartamentos de La Trinidad, y quien tenía entre sus pertenencias un carnet que lo acreditaba como representante de Derechos Humanos.

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