El Consejo de Seguridad de las Naciones Unidas se reunió con carácter urgente este domingo por la noche a puertas abiertas para tratar la situación en el este de Ucrania, informó la ONU.
Al ingresar a la reunión, el embajador ruso Vitali Churkin explicó que Rusia “estaba muy inquieta” ante declaraciones de Kiev sobre el uso de la fuerza contra separatistas prorrusos.
El embajador británico Marl Lyall Grant dijo a su vez que los occidentales esperaban aprovechar la reunión “para advertir a Rusia que no tome como pretexto los acontecimientos en este de Ucrania para impulsar una escalada militar”.
Los diplomáticos del Consejo de Seguridad no esperan resultados concretos del encuentro, el décimo que sostiene desde fines de febrero.
La mayor parte de esas reuniones no han sido más que un diálogo de sordos entre Moscú y los occidentales.
“Habrá un constante desacuerdo”, predijo un diplomático occidental. “Los rusos harán valer sus argumentos y nosotros les diremos que esta crisis es manejada por Moscú y que la maniobra es la misma que en Crimea”, en alusión a la península anexada por Rusia tras un referendo considerado ilegal por la Asamblea General de la ONU.
Más temprano, el gobierno ruso había pedido la reunión urgente del Consejo de Seguridad ante la tensa situación en el este de Ucrania, donde se producen choques entre fuerzas ucranianas y activistas prorusos armados.
Kiev por su parte acusó a Moscú de “librar una guerra” contra su país.
“Se ha vertido sangre en la guerra que Rusia libra contra Ucrania”, afirmó el presidente ucraniano interino, Olexandre Turchinov, en un discurso televisado, en el que anunció que había ordenado el lanzamiento de una “operación antiterrorista de gran envergadura” contra los militantes prorrusos.
Moscú respondió de inmediato al denunciar el “orden criminal de Truchinov de recurrir al ejército para reprimir las protestas” y pidió una reunión “urgente” del Consejero de Seguridad de la ONU.
“Actualmente, la posibilidad de evitar una guerra civil en Ucrania depende de Occidente”, añadió el portavoz del ministerio ruso de Exteriores Alexandre Lukashevish.
El sábado una serie de ataques visiblemente coordinados afectaron a varias ciudades del este de Ucrania, una zona fronteriza con mayoría de habitantes rusohablantes.
El aumento de la tensión hace temer una intervención armada de Moscú, que mantiene en la frontera 40.000 hombres.
El jueves próximo está prevista una reunión en Ginebra sobre la situación en Ucrania que ha derivado en la peor crisis diplomática Este-Oeste desde la guerra fría. AFP