A María Corina Machado parece que las agresiones que le hace el Gobierno, en especial Diosdado Cabello, no la afectan para nada, pues continúa siendo una mujer dulce y distinguida, firme y sin miedo en su lucha por denunciar al mundo la forma como en nuestro país se ha establecido un gobierno dictatorial al mejor estilo del que impuso Fidel Castro en Cuba hace más de medio siglo.
Alfredo Fermín / El Carabobeño
Este lunes será recibida por el Parlamento Europeo, con sede en Estrasburgo, Francia, y allá expresará su mensaje: “aunque tengamos una dictadura, en Venezuela la democracia está más viva que nunca, por el aliento que le da su juventud para lograr un sistema de libertades y oportunidades mucho antes de lo que imagina el régimen”.
La dirigente considera que a los gobiernos que hasta ahora han estado muy pendientes de problemas económicos y geopolíticos, se les está haciendo más costosa la indiferencia con lo que ocurre en Venezuela porque nuestros jóvenes le arrebataron la careta democrática al régimen de Maduro y el mundo ya está claro en que este Gobierno es una dictadura.
– ¿Logrará la comunidad internacional que se ponga fin a la situación que tenemos en Venezuela?
– La comunidad internacional ha sido uno de los pilares que le ha dado legitimidad a este régimen y esto nos cuesta carísimo. En Venezuela no hay medicinas, ni en los hospitales ni en las clínicas privadas. Pero se han negociado con Cuba 400 millones de dólares de medicinas que llegan vencidas y que las queman. A los cubanos, a Bolivia, Nicaragua se les regaló cada año centenares de millones de dólares para comprar aliados y lograr complicidades en los foros internacionales.
Eso se está acabando. Las maniobras en la Organización de Estados Americanos (OEA), para que yo no interviniera allí no nos pudieron callar como lo reconoció el presidente del organismo José Miguel Insulza. Hemos logrado comprobar que internacionalmente no estamos solos.
– ¿Qué efectos han tenido las denuncias en organismos internacionales?
– Han pasado cosas importantes. Hay muchos parlamentos que han emitido resoluciones firmes condenando la violación de los derechos humanos. Hay hechos que han causado conmoción como el golpe parlamentario que se dio cuando un diputado ordenó sacar por la fuerza a otra representante electa por el pueblo.
Las denuncias internacionales sí tienen efectos. Y eso le preocupa tanto al régimen que ha gastado una fortuna comprando páginas en los periódicos, programas en televisión y patrocinando películas como fuente de legitimidad. Pero se les cayó la careta y todo han sido gastos inútiles.
– ¿Cuál es su opinión del diálogo entre Gobierno y oposición sin la representación estudiantil?
– Yo creo en el diálogo, pero para que sea efectivo tiene que hacerse en condiciones de igualdad. Nosotros hemos avanzado de manera extraordinaria. Estos dos meses demuestran que la protesta pacífica sí funciona y es lo que hace retroceder a los regímenes dictatoriales.
– ¿Cómo se puede estar hablando de diálogo y metiendo a más gente presa?
– Creo en el diálogo, como esencia de la democracia, pero este régimen ha engañado muchas veces, llamando al diálogo. En el pasado, cada vez que las cosas se les ponían chiquiticas, hablaban de diálogo, firmábamos acuerdos porque íbamos de buena fe. ¿Qué pasó con los acuerdos de 2002 y 2003? Tenían catorce puntos y los violaron todos. Por eso hemos exigido garantías para que esto no sea un nuevo engaño y para que este diálogo no sea una forma de ganar tiempo y desmovilizar la calle.