El dirigente del Partido Socialista Unido de Venezuela (PSUV), Jorge Rodríguez, afirmó hoy que el diálogo iniciado por la oposición y el Gobierno el pasado jueves tuvo un “excelente comienzo”, pero cuestionó el rol que cumple la Iglesia venezolana.
Rodríguez, miembro del equipo del Gobierno en ese diálogo, reiteró en una rueda de prensa que esa iniciativa no es “para hacer acuerdos subrepticios debajo de la mesa, es un diálogo franco para establecer (…) un sistema de coexistencia pacífica para establecer mecanismos de convivencia”.
“Creo que fue muy positivo para todos que se haya dado este evento más allá de las verdades y medias verdades y de las muchas mentiras”, agregó el también alcalde de Caracas.
El inicio de los encuentros entre la Mesa de la Unidad Democrática (MUD), plataforma que agrupa gran parte de los partidos de oposición, y el Gobierno de Nicolás Maduro, busca una salida a la situación de crisis política que vive el país desde hace más de dos meses.
Las reuniones entre el Gobierno y la oposición contaron con el nuncio vaticano en Venezuela, Aldo Giordano, que junto a tres cancilleres de la Unión Suramericana de Naciones (Unasur) actúa como “tercero de buena fe”.
El dirigente oficialista cuestionó la actuación de la alta jerarquía de la iglesia venezolana y “los obispos reunidos alrededor de la Conferencia Episcopal Venezolana (CEV)”, que, según dijo, dista del mensaje que ha enviado el Vaticano.
“Qué bueno hubiera sido que ustedes no hubieran tomado partido, que ustedes no se hubieran asumido como una parte política, como una parte que tapó los 18.000 actos de violencia”, indicó, al agregar que la iglesia “al menos” debería haberse “deslindado de la violencia criminal”.
Según Rodríguez, desde el inicio de las protestas, el 12 de febrero, hasta la fecha, en el país se han dado 18.000 eventos violentos y “más de 15.000 millones de dólares en perdidas económicas, materiales, más lo que no se puede contar, la perdida de la vida de venezolanos y venezolanas”.
Venezuela vive desde hace dos meses una ola de protestas que en ocasiones han degenerado en hechos de violencia con un balance de 41 muertos y más de 650 heridos.
EFE