Los campamentos turísticos de la Gran Sabana permanecen libre de basura en lo que va del asueto de Semana Santa. La gobernación del estado Bolívar, al sur oriente del país, aplica una operativo con el cual recoge a diario 3 toneladas de desechos sólidos dejados por usuarios y turistas.
La basura recogida es trasladada al relleno sanitario de Santa Elena de Uairén, informó la secretaría de mantenimiento y servicios generales del gobierno regional, Yinette Carías.
Antes del asueto, la gobernación habilitó contenedores metálicos en cada punto turístico, lo que facilita la recolección de cooperativas contratadas para esta labor, que cuentan con el apoyo de una flota de camiones gubernamentales, explicó Carías.
La limpieza se realiza en todos los campamentos, ubicados situados al eje vial entre Luepa y Santa Elena de Uairén, como Quebrada Pacheco, Quebrada de Jaspe, Salto Kamá y Rápidos de Kamoirán que en estas fechas son visitados por miles de turistas que acampan al aire libre y disfrutan de los saltos y quebradas de la Gran Sabana.
“Gracias a este esfuerzo, se ha logrado mantener la limpieza general del Parque Nacional Canaima, en momentos en que el flujo de temporadistas a esta zona del sur de Bolívar ha crecido hasta los 30.000 visitantes durante la Semana Santa”, apuntó.
A la par de la recolección de la basura, las autoridades regionales también entregan material informativo para conscientizar a los visitantes sobre la importancia de mantener limpia la Gran Sabana. Los folletos han sido entregados en los puntos de acceso vial al sur de Bolívar, como en los campamentos turísticos, aeropuertos, terminales terrestres y en la Aduana Ecológica de Santa Elena de Uairén.
El secretario de turismo y ambiente de la gobernación, Alexander Guevara, detalló que la orientación apunta a que cada conductor o turista haga uso conciente de las bolsas de basura que les son entregadas gratuitamente.
También se ha hecho énfasis en la prohibición de circular en vehículos rústicos por las áreas protegidas del Parque Nacional Canaima, cuyo ecosistema es sumamente frágil y puede tardar décadas para reponer la flora dañada por el paso de camionetas doble tracción, remolques, motos y otro tipo de unidades usadas por los aficionados al “rustiqueo”.
AVN