Wyatt Scott nació en Ottawa (Canadá), hace nueve meses. Aparentemente era un bebé normal, hasta que sus padres descubrieron que no podía abrir la boca con normalidad. Nadie sabía por qué. Por ello, Wyatt pasó sus tres primeros meses de vida en el hospital, publica abc.es.
El bebé, que está sano en el resto de aspectos físicos, sufre un trimus congénito, una rara enfermedad por la que no puede abrir la boca con normalidad. Ningún médico acierta a explicar a sus padres, Andrew y Amy, si el origen de la dolencia está en los músculos que sujetan sus mandíbulas o en otro tipo de traumatismo.
La imposibilidad de abrir la boca habitualmente genera en Wyatt problemas con las secreciones habituales de los niños de su edad. El babeo constante que cae de sus bocas en el caso del bebé Canadiense se convierte en un peligro de asfixia. Desde que vive en casa, sus padres han tenido que acudir en seis ocasiones a los servicios de urgencias por este motivo.
Hasta el momento el infante ha recibido tratamientos diversos para mejorar su estado: recibe cuidados fisioterapéuticos a diario, le succionan la nariz, es alimentado por un tubo que va de la nariz a su estómago y está conectado a un monitor que mide sus niveles de oxígeno.
Para intentar ayudar a los médicos que tratan a su bebé, Andrew Scott ha montado una página en internet en la que intenta reunir información sobre casos similares en todo el mundo y que aporta todos los diagnósticos médicos hechos sobre su hijo. La dirección es www.whatswrongwithwyatt.com.
«Nadie nos puede asegurar que Wyatt se vaya a poner mejor en dos, cinco, diez años o va a estar comiendo de un tubo toda su vida», dice su madre. Por el momento, Wyatt ha recibido inyecciones de bótox para relajar sus músculos de la mandíbula y ha sido investigado por neurólogos, genetistas, fisioterapistas y anestesistas. Las fotografías en su página web muestran sus avances y comienza a poder abrir la boca, pero aún le queda un largo camino para que pueda sonreir como un niño normal.