Copacabana, el barrio más turístico de la ciudad brasileña de Río de Janeiro, volvió a registrar hoy nuevos incidentes, aunque no tan violentos ni graves como los ocurridos el martes, en una protesta por la muerte de un habitante de una favela durante una operación policial.
Un enfrentamiento entre la policía y habitantes de la favela Pavao-Pavaozinho obligó a las autoridades a suspender el tránsito de vehículos por una importante avenida de Copacabana por cerca de una hora y a los comerciantes de la región a cerrar anticipadamente sus puertas, informaron fuentes oficiales.
Los habitantes de la barriada pobre, ubicada en uno de los cerros que circunda Copacabana, lanzaron piedras, basuras y otros objetos a los uniformados que estaban en los acceso de la favela y los policías dispersaron rápidamente la protesta con gases lacrimógenos y disparos de balas de goma y de bombas de estruendo.
La situación fue rápidamente controlada por las decenas de policías que refuerzan la seguridad de Copacabana desde los incidentes del martes, lo que permitió la normalización del tránsito y del comercio en la región.
El nuevo incidente, a falta de 49 días para el partido inaugural del Mundial Brasil 2014, se produjo luego de que familiares, amigos y vecinos del bailarín Douglas Pereira participaran en el entierro del joven de 25 años que integraba el grupo de danza de un popular programa de televisión y que murió el lunes en una operación policial en Pavao-Pavaozinho.
Cerca de un centenar de habitantes de la barriada hicieron una marcha desde la favela hasta el cementerio San Juan Bautista, en donde asistieron al entierro, y regresaron igualmente caminando hasta Pavao-Pavaozinho portando letreros en los que exigían justicia.
Los manifestantes bloquearon varias vías de Copacabana durante la marcha que fue realizada de forma pacífica hasta el regreso a la favela, cuando se registró el enfrentamiento con la policía.
El cuerpo de Silva fue enterrado en medio de los gritos de sus familiares clamando por justicia y tras el anuncio de la madre del bailarín de que presentará una denuncia ante Amnistía Internacional por el asesinato de su hijo por parte de la policía.
Los manifestantes también protestaron contra la violencia de la policía, contra el proceso de ocupación policial en favelas controladas por narcotraficantes y contra el Mundial de fútbol que Brasil organizará a partir del 12 de junio.
El martes decenas de vecinos de la favela, en protesta por el que tildaron como asesinato de Pereira por parte de policías, montaron barricadas en las calles de acceso a la barriada, le prendieron fuego a diferentes objetos y se enfrentaron con piedras a los uniformados, en un incidente que terminó con una persona muerta.
Los incendios, los disparos y las explosiones que se escucharon en varias cuadras alrededor de este barrio al borde del mar y donde se concentra la mayoría de los hoteles de la ciudad obligó a las autoridades a bloquear el tránsito por varias vías desde la noche del martes hasta la madrugada del miércoles.
El joven fue encontrado muerto en los fondos de una guardería tras un intercambio de disparos entre policías y miembros de una banda de narcotraficantes ocurrido en la madrugada del lunes.
Las primeras investigaciones mostraron que el joven cayó desde un muro de gran altura tras haber sido tiroteado en la espalda en medio del intercambio de disparos y la policía intenta establecer si el disparo fue hecho por alguno de sus agentes.
Pavao-Pavaozinho fue una de las primeras favelas en ser beneficiadas con la política que prevé la instalación de puestos permanentes de policía en barriadas antes dominadas por bandas de narcotraficantes, pero la venta de drogas en la región aún es elevada debido a su ubicación estratégica.
En esta favela como en su vecina Cantagalo, que se encuentran entre Copacabana e Ipanema, los barrios más turísticos de Río de Janeiro, tienen cerca de 10.000 habitantes y están bajo el control de la policía desde 2009 dentro de la política de “pacificación” impulsada por el Gobierno de Río de Janeiro.
En los últimos meses se han registrado varios enfrentamientos de policías con pistoleros que aún se esconden en estas favelas. EFE