La sacarosa es el edulcorante más utilizado para endulzar los alimentos, sin embargo, su consumo en exceso puede llevar a una mayor ganancia de peso de la recomendada para el crecimiento normal de los niños, generando a futuro condiciones que impacten negativamente su salud.
La sacarosa es conocida como una importante fuente de calorías vacías, ya que aporta energía pero no brinda ni vitaminas ni minerales.
Productos como el azúcar refinada y morena, refrescos, té y jugos deshidratados y pasteurizados, caramelos, galletas, chupetas, chiclets, dulces criollos, tortas, quesillos, miel de maple, chocolates y chucherías, entre otros que tanto gustan a los niños, son ricos en sacarosa.
Una encuestas realizada recientemente en Estados Unidos a niños entre 2 y 18 años reveló que aproximadamente el 40% del total de energía de su dieta proviene del consumo de azúcar, especialmente de bebidas endulzadas. Adicionalmente, los índices de consumo de azúcar en niños y adolescentes se ha duplicado, de 4,5% a 11%1.
Al consumir excesivas cantidades de sacarosa el organismo de nuestros hijos se ve forzado a producir más insulina para poder normalizar los niveles de azúcar en la sangre, a la larga esto puede producir fatiga pancreática y la subsecuente aparición de Diabetes tipo II2. Adicionalmente, la ingesta en exceso de sacarosa puede desarrollar desórdenes metabólicos, como la obesidad.
La obesidad infantil es una realidad que puede iniciarse en la primera etapa del bebé. Un niño que solo consume leche materna tiene 31% menos riesgo de padecer sobrepeso en el futuro1 en caso de consumir fórmulas infantiles, se recomiendan aquellas que no contengan sacarosa en su composición, para ayudar a crear hábitos saludables en los niños.
La sacarosa presenta una alta capacidad para originar caries dental. Su introducción en la dieta de los niños está asociada con el incremento de la prevalencia de caries impactando la salud bucodental de tus hijos. La caries de la infancia temprana tiene efectos sobre la salud general que se traduce en un deterioro en la calidad de vida de los niños. Existe evidencia científica que niños con caries tienen mayor riesgo de desarrollar arterosclerosis en la vida adulta.
Para prevenir ésta y otras enfermedades se recomienda mantener una dieta balanceada con abundantes frutas y vegetales, suficiente aporte proteico proveniente de las carnes, pollos y pescados; lácteos que ayuden a la formación de huesos fuertes y galletas o gelatinas para las meriendas. La actividad física, a través de los juegos infantiles, es ideal para garantizar su desarrollo óptimo2.
Es importante saber que la sacarosa puede consumirse en bajas cantidades con una dieta saludable, siempre teniendo presente que su consumo en exceso puede conllevar diabetes, obesidad, arterosclerosis, y otras patologías2. Por ello es saludable servir alimentos frescos, con poca azúcar añadida y siempre que se provea de fórmula láctea, es recomendable aquella que indique que no tiene sacarosa en su contenido. Progress Gold