Desde hace varios meses la escasez atacó al sector automotor. La mayoría de los concesionarios en Carabobo mantiene sus puertas cerradas por falta de liquidación de divisas por parte del Ejecutivo nacional, publica El Carabobeño.
Heberlizeth González C. || hgonzalez@el-carabobeno.com
Adquirir un vehículo nuevo se ha convertido en una odisea para los venezolanos, quienes apuntan su nombre en un largo pliego de papel para esperar el turno de entrega. Pueden pasar meses, incluso hasta años para obtener un carro.
La crisis ha llevado a los empresarios a bajar las santamarías de los concesionarios. En otros, los vendedores se mantienen casi cumpliendo horarios.
La planta en Toyo Club C.A., en la Zona Industrial Castillito, está cerrada desde hace dos meses. No tienen carros, por lo tanto, no hay ventas. Los trabajadores de esa empresa esperan que el Gobierno apruebe las divisas para iniciar la jornada de trabajo nuevamente, comentó la gerente de venta María Alejandra Suárez.
El concesionario se mantiene gracias a las ventas de repuestos y servicio que está abierto para los clientes. Los vendedores acuden, como todos los días, a su lugar de trabajado a recibir clientes en busca de información. La respuesta desde hace varios meses es la misma: no hay.
Según Suárez, la visita de los compradores ha disminuido considerablemente. Los clientes saben que no hay carros por eso ya no van ni a preguntar.
La gerente puso como ejemplo la espera para adquirir una Terios. A veces asignan una por mes y hay una lista de 200 personas esperando.
Chevrolet en el Big Low, también tiene cuatro meses sin abrir. Al igual que en Toyota solo funcionan los servicios. En ese lugar, un hombre que se encarga de la seguridad recibe a quienes van en busca de información. Su respuesta es clara: “Esto está pelado, como todo en el país”.
En Renault, también en la Zona Industrial Castillito, hasta las luces están apagadas. El panorama en Hyundai no es distinto.
El declive
Las ventas de vehículos en 2008 cayeron en un 40 por ciento, pero el declive llegó un año después. Cada vez fue más difícil tramitar licencias de importación -un efecto pretendido- pero la producción local no crecía sino que disminuía, reseña La Guía del Motor.
La lista de novedades, necesarias desde un punto de vista de actualización tecnológica, se reduce. En 2013 solo se han registrado dos: uno, el Tahoe 4×4, fue la inclusión (tras arduo esfuerzo de años) en las líneas fabriles de un producto que en 2007 se importaba. El otro, el Dodge Forza, es el primer producto para Venezuela de la fusión global entre Chrysler y Fiat, pero su base conceptual es la del Siena, que Fiat ensambló en La Victoria hasta que suspendió operaciones fabriles en 1999, señala el portal.