Fallece mientras reparaba la suspensión de un autobús

Fallece mientras reparaba la suspensión de un autobús

El Marcopolo Paradiso G6 1200 Volvo B12R de Expresos Occidente, placas 6028-A4S, modelo 2008, estaba listo para salir hacia San Cristóbal a las siete de la noche del Terminal Extraurbano de Maracay, imponente en sus 4 mil 200 kilogramos.

Su chofer, Víctor Alfonso Arellano, oriundo de Pueblo Nuevo, San Cristóbal, acumulaba cinco años de experiencia en la empresa, mientras tenía ya tres años compartiendo labores con Elio Enrique Añez, segundo chofer y ayudante.

A las cinco de la tarde, como una de las obligaciones de su puesto de trabajo, procedió a revisar la suspensión del autobús cuando la varilla se disparó, aprisionándolo entre el chasis y el caucho trasero del eje muerto, donde se unen cauchos contiguos, provocándole la muerte de forma inmediata.





La consternación se apoderó entonces de su amigo y compañero, así como de otros compañeros choferes, quienes se sorprendieron por el trágico suceso, mientras denunciaron que este tipo de revisiones mecánicas habían causado otros decesos en medio de la carretera, por la obligación que la empresa asigna a los choferes de hacer este trabajo en condiciones inseguras.

El Periodiquito