El nombre de Faja Bituminosa se usó al comienzo de los años 70, después su nombre oficial fue “Campo Faja Petrolífera del Orinoco”. Así aparece en todos los documentos de la Pdvsa democrática y del Ministerio de Petróleo, antes de 1999. La historia de la Faja está escrita en el libro del académico Dr. Aníbal Martínez, titulado “La Faja del Orinoco”, Editorial Galac, 2004.
La Pdvsa democrática nunca regaló el petróleo de la Faja, como le hacen creer a algunos, en la jerga populista, por la sencilla razón de que los presidentes de las cuatro Asociaciones Estratégicas, desde su comienzo en 1993, fueron de Pdvsa, y todas las inversiones, gastos y ganancias, están registrados y son públicos en los informes de Pdvsa de la época; y, lo más importante, eran enviados obligatoriamente, hasta 2004, a la US Securities & Exchange Commission (SEC), para cumplir con los requisitos mundiales que protegen a los ciudadanos, accionistas e inversionistas que hacen negocios con las empresas. Así es que en esos informes no aparece ningún regalo, porque los porcentajes que les tocaban a Pdvsa y a sus socios, según cada asociación, eran completamente transparentes para cualquier ciudadano.
Cuando el presidente Chávez inauguró el proyecto de Sincor, lo elogió de tal forma que dijo en su discurso que lo que estaba pasando en la Faja era lo mejor que podía haberle ocurrido a Venezuela, y que iba a autorizar que las cuatro asociaciones tuvieran más áreas para producir más. ¿Por qué cambio de opinión? ¡Vaya usted a saber!
Obligación
Por cierto, la nueva Pdvsa se salió de la SEC porque no podía respaldar la información que estaba obligada a enviar a ese organismo con regularidad. Estamos en mayo de 2014 y todavía Venezuela no sabe cuál fue la actuación de Pdvsa en 2013, ni en el primer trimestre de 2014. Esto no es invento de la MUD, ni de María Corina. Esta es la verdad. Pregúntense por qué Pdvsa no publica lo que hace y lo comunica a sus accionistas, todos los venezolanos. ¿Por qué dicen que Pdvsa es del pueblo y no le informa sus actividades? No se trata de propaganda, se trata de realidades… ¡por favor! Y eso de nombrar un campo petrolero con el nombre de un presidente fallecido, no existe en ninguna parte. Lo que logramos es ser la burla de los otros países.
Exploración y producción
Lo ocurrido con el caso ConocoPhillips no tiene nombre. Una empresa exitosa mundialmente, la mayor, independiente, en exploración y producción, que decidió invertir en Venezuela 4.600 millones de US$, cuando el precio del barril de petróleo estaba en 13,34 US$ (1993), y que caería a 10,57 US$ (1998) cuando arrancó el proyecto, y que tenía un éxito gerencial y técnico enorme, no merecía recibir ese trato del gobierno de Venezuela por una rabieta populista. En la Asociación Estratégica Petrozuata, en la Faja, aprobada por el Congreso Nacional de la época, ConocoPhillips tenía 50,1% de la Asociación, y la estatal Pdvsa, 49,9%. ¿Qué le costaba al régimen proponerle cambiar los porcentajes, a raíz de la promulgación de la Ley Orgánica de Hidrocarburos de 2001, o llegar a 60%, acorde con la decisión posterior, con el fin de que la filial CVP retuviera como mínimo una participación accionaria de 60% (porque 51% era “un piso”)? Así sucedió en Hamaca (Ameriven, ahora Petropiar) y Paria (Corocoro, ahora Petrosucre).
Me atrevo a afirmar que ConocoPhillips no hubiera tenido ningún inconveniente en aceptar 49,0% o 40% de la asociación (ahora convertida en empresa mixta) y continuar operando ese activo con el éxito con que venía haciéndolo. Pero no. Esas asociaciones tenían que “nacionalizarse”… y sucedió lo que tenía que suceder. Tanto ConocoPhillips como ExxonMobil no iban a aceptar ese maltrato populista, y sencillamente interpusieron un arbitraje internacional, que culminó en lo que estamos leyendo hoy: Venezuela tendrá que pagarle a ConocoPhillips US$ 20.000.000.000. Otro arbitraje perdido. ¡Y los que faltan!
Petrozuata
La verdad es que Petrozuata, antes de ser expropiada y convertirse en Petroanzoátegui, producía 119.000 b/d, y estaba creciendo. Pero, según la cifra presentada en la Memoria y Cuenta del Ministerio de Petróleo a la Asamblea, en 2013 produjo solo 114.000 b/d. Se preguntan los venezolanos: ¿dónde estuvo la ganancia de la “nacionalización”?
Prevalecieron los paradigmas de que en Venezuela todos los recursos naturales son “estratégicos”, la industria petrolera es “básica”, son de “utilidad pública”, de “interés social” y sinónimo de “soberanía” e “independencia”. Por lo tanto, tienen que ser manejados y controlados por el Estado, amo y patrono, porque el empresario privado no es de fiar.