El gobierno venezolano decidió postergar la discusión sobre un posible ajuste en el precio de la gasolina, que es la más barata del mundo y que se mantiene congelado desde hace más de una década, anunció el martes un diputado por el Psuv.
“Vamos a diferir, pero abrimos el debate para que el pueblo se exprese”, afirmó el parlamentario Ramón Lobo al asegurar que el gobierno del presidente Nicolás Maduro acordó postergar la discusión, pero no ofreció detalles sobre las razones de la decisión.
La decisión de incrementar el precio de la gasolina fue anticipada a fines del año pasado por el vicepresidente Jorge Arreaza, quien dijo que el gobierno iba a estudiar un ajuste y abrir consultas sobre el tema en todo el país.
Lobo dijo en una entrevista en el canal de noticias Globovisión que “todo tiene su momento”, y que ahora se plantea una discusión sobre el uso racional del combustible y el “consumismo atroz”.
La gasolina, que se vende a cerca de un centavo de dólar por litro, es considerada un tema sensible en el país luego que en 1989 un incremento del combustible desató violentas protestas callejeras en Caracas, conocidas como el “Caracazo”, en las que murieron varios centenares de personas. El último ajuste de la gasolina se realizó en 1997.
El gobierno ha reconocido que la estatal Petróleos de Venezuela S.A. pierde anualmente 12.592 millones de dólares por la producción de gasolina.
El vicepresidente del área económica y ministro de Petróleo, Rafael Ramírez, afirmó a fines del año pasado que el gobierno estaba considerando una propuesta de aumento al carburante para compensar los costos de producción que están alrededor de los 40 centavos de dólar.
Sobre las razones que llevaron al gobierno socialista de Maduro a considerar un aumento del combustible, Ramírez no ofreció comentarios y sólo dijo que “este subsidio no favorece al pueblo de ninguna manera”.
Algunos analistas plantearon que el gobierno podría recurrir al aumento de la gasolina como una manera de compensar el fuerte déficit fiscal que enfrenta y que no ha podido superar a pesar de las devaluaciones de la moneda que ha realizado en los últimos meses.
En Venezuela se consumen cerca de 700.000 barriles diarios de combustible, de los cuales 43% se emplean para cubrir la demanda de las plantas termoeléctricas del país.
El anuncio del diferimiento del debate sobre el posible aumento coincide con la situación de tensión que enfrenta el país por la persistencia de las protestas callejeras que se iniciaron en febrero en Caracas y otras ciudades.
Universitarios y opositores, esencialmente de clase media, han protagonizado manifestaciones en contra de la desbordada inflación -que alcanzó en marzo una tasa anual de 59%-, el desabastecimiento de bienes básicos y un alto índice de delincuencia.
Los incidentes han dejado 42 muertos, 835 heridos y unos 2.500 detenidos, de los cuales 213 permanecen arrestados y sujetos a procesos judiciales, según la Fiscalía General. AP