Unos 500 líderes indígenas de cien etnias de todo Brasil protestaron el martes en Brasilia en reclamo de políticas para sus pueblos y contra medidas gubernamentales que aseguran atentan contra sus territorios, sumándose así a una ola de huelgas y manifestaciones en el país a pocos días del Mundial.
La protesta de los indígenas, que llevaron sus pinturas, plumas, arcos y flechas tradicionales, ocurre en un contexto de manifestaciones contra la Copa del Mundo y huelgas en varios sectores a las puertas del Mundial que se extenderá entre el 12 de junio y el 13 de julio.
Los indígenas iniciaron su protesta con rezos tradicionales, al ritmo de sus maracas, en la plaza de los tres poderes de Brasilia, flanqueada por la Presidencia de la República, el Congreso y la Corte Suprema. Algunos ancianos usaban humo para “espantar el mal”, según explicaron a la AFP.
“Antes de hacer Copa del Mundo, Brasil debía pensar mejor en la salud, la educación, la vivienda. Vemos manifestaciones de los pueblos: no se gastan tantos millones para un evento que no trae beneficios”, dijo el indígena Neguinho Truká, de la etnia Truká de Pernambuco (noreste), con una tradicional corona de plumas azules y rojas en la cabeza.
Los indígenas han multiplicado sus protestas en la capital durante el gobierno de la presidenta Dilma Rousseff, a la que acusan de frenar la demarcación de sus tierras y de favorecer a los grandes agricultores.
Los indígenas planean sumarse más tarde a otra manifestación en Brasilia convocada por movimientos sociales críticos con el Mundial y a los Sin Techo. Los manifestantes pretenden marchar hasta las puertas del estadio mundialista, adonde llegó el martes el trofeo de la Copa, parte de una gira por todo el país.
Brasil fue sacudido por una ola de manifestaciones en junio pasado, durante la Copa Confederaciones, para reclamar que el gasto público en los estadios fuera redirigido a la salud, la educación y el transporte.
Las manifestaciones, que continuaron durante meses aunque con muchísima menos intensidad, han estado más vinculadas en las últimas semanas a movimientos sociales organizados, desde sindicatos a partidos de izquierda radicales, ONGs críticas al Mundial, el Movimiento de Campesinos Sin Tierra o los Sin Techo.
Una ola de huelgas de varios sectores, de policías a profesores, pasando por conductores de autobús, aprovechan a su vez la cercanía de la Copa para pedir aumentos salariales. AFP