El ala juvenil de Primero Justicia se pronunció ayer, durante su acostumbrado viernes amarillo, sobre el futuro de los jóvenes venezolanos a propósito de la crisis económica, social y política que atraviesa el país. Desde la avenida Centurión, de San Félix, los activistas de la tolda amarilla rechazaron la falta de oportunidades para los jóvenes, que aseguran, ha caracterizado al gobierno de Nicolás Maduro.
La coordinadora juvenil del municipio Caroní, Katy Cardiel criticó que el salario mínimo, remuneración que recibe la mayoría de los jóvenes empleados, no alcance para cubrir las necesidades básicas de un ser humano.
“Son muchos los jóvenes que no tienen trabajo y los que lo tienen, solo ganan sueldo mínimo, el gobierno pretende que con el aumento –aprobado el pasado primero de mayo- la juventud venezolana logre subsistir, pero esto resulta imposible, pues mientras aumenta un 30% de salario, el aumento de los alimentos es del 80% y el transporte público 40%”, expuso.
Adicional a esto, Cardiel dijo que una vez egresados de las Casas de Estudio los jóvenes profesionales deben “hacer uso de las mal llamadas palancas, para poder entrar a una empresa privada o del Estado” y añadió que la inseguridad también deja un saldo lamentable en el país y la región, “cada joven que muere es una vela que se apaga”, consideró.
Contra la violencia
En el municipio Heres los jóvenes también protestaron. Richard Hernández, secretario juvenil de Ciudad Bolívar criticó que mensualmente el hampa cobre la vida de decenas de jóvenes “que bien pudieron incorporarse al aparato productivo del país, pero ante la falta de oportunidades eligieron el camino más corto: el de la violencia”, expuso.
Ambos coordinadores aseguraron que la juvenil de Primero Justicia se mantiene en las calles, realizando “pancartazos” en todo el estado Bolívar, jornadas de salud y sociales en los sectores populares “llevando un mensaje de cambio y progreso a pesar de no tener los recursos suficientes”, asambleas populares, protestas creativas, cine calles y bailoterapias dirigidas a las comunidades más humildes.