Brian Fincheltub: Fábrica de pobres

Brian Fincheltub: Fábrica de pobres

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Hace unos meses escribí un artículo que se llamaba “La fábrica de las misiones”,  allí  decíamos  que  el  principal interés de la política social del gobierno era electoral. Buscaba crear dependencia mediante la construcción de un enorme aparato burocrático decontrol y chantaje. Mientras ese monstruo tuviese dinero funcionaría, al menos serviría para maquillar las cifrassobre la pobreza, colocando a Venezuela en un lugar de honor en el combate contra la miseria. Propagandísticamente las misiones fueron un éxito nacional e internacional, tanto así que el actual proyecto político  se hizo poseedor del título de la “revolución de los pobres”.

Quince años después los hechos hablan por sí solos. Estamos frente al mayor fraude la historia de nuestro país, pintaron el puente y dejaron las bases cayéndose. Llegó la época de las vacas flacas y los números comienzan a mostrar una realidad que algunos se negaban a reconocer: La única producción que ha crecido en Venezuela en los últimos años es la de pobres. 





Las  misiones se convirtieron en fábrica de personas dependientes, sin ninguna estabilidad, que confiaban su  subsistencia exclusivamente al Estado. Nunca hubo  interés de sacar a la gente de la pobreza porque como  reconoció  el  propio  ministro,  Héctor  Rodríguez,  se  “volverían 
escuálidos”. Es decir, se volverían independientes y eso es peligrosísimo para un sistema cuya principal estrategia es el control.

Para gran parte de Latinoamérica la última década representó una etapa trascendental en materia de avance económico y movilidad social. Perú, Colombia,  Panamá,  Uruguay,  Chile  y  Brasil  tienen  años  de crecimiento sostenido,  aunado  a  lo  que  significa  que  miles  hayan  pasado  de  los estratos  más  bajos  a  la  clase  media  ¿Cómo  lo  lograron?  Con  empleo productivo,  incentivando  el  emprendimiento  y  la  iniciativa  privada. Además de formular políticas de atención a los más vulnerables, que estaban orientadas básicamente a enseñarles a pescar, no a darles el pescado.

Cuesta creer que Venezuela siendo el país con uno de los ingresos más altos de la región, muestre hoy la peor cara del continente. Las propias cifras oficiales señalan un incremento de la pobreza extrema, al menos dos millones setecientos mil personas viven en la miseria ¿Esto también será culpa del mundial? No solo eso, más de once 
millones no perciben ingresos  suficientes  para  vivir  decentemente.  Los  pobres  son  más pobres, la clase media cada vez más clase baja y los nuevos ricos más ricos.

El  comunismo  es  atraso,  siempre  ha  sido  así  históricamente  y  en nuestro  país  no  fue  la  excepción.  Quedó  demostrado  que  el  modelo fracasó,  más  de  500  mil  empresas  cerradas,  inflación,  escasez  y 
desempleo  se  han  traducido  en  mayor  pobreza.  Hay  que  recordar que  Nicolás  Maduro  durante  su  campaña  en  2013  dijo  “Tenemos  que constituir una Venezuela de seres humanos que vivan en dignidad. Para 
superar la meta de 2019, pobreza cero. Y lo voy a cumplir”. Parece que quedará muy  lejos  de  su meta,  lo  que  si pudiera ganar en 2019 es el Guinness por haber convertido a Venezuela en la fábrica de pobres más grande del mundo.

Brian Fincheltub

Brian@juventudsucre.com

@Brianfincheltub