Juan Carlos ha dicho públicamente que decidió dejar el trono para que “una generación más joven” pueda tomar las riendas de las cuestiones de Estado más importantes, reseña Infobae.
Pensó así en su hijo Felipe, que a los 46 años y en cumbre de su popularidad, se convertirá en rey de España.
Al parecer, Juan Carlos no sólo ha tenido en cuenta sus propias capacidades, menguadas por la edad (76 años) y un débil estado de salud. La imagen del príncipe de Gales, que a los 65 años es el más viejo heredero al trono británico de los últimos tres siglos, ha pesado en su decisión.
“No quiero que mi hijo se marchite esperando como Carlos de Inglaterra. Hay que dejar paso. Yo he cumplido mi misión”, dijo el rey, según cita The Telegraph.
El diario británico cita declaraciones del jefe de la casa real española, Rafael Spottorno: “Juan Carlos vio, por encima de todo, que su hijo estaba en su mejor momento y no quería verlo como el príncipe Carlos, que cumplirá 66 años en noviembre”.
La decisión del monarca español ha tenido repercusiones políticas en Reino Unido. El ex premier John Prescott pidió a la reina Isabel que “dé un paso al costado” a favor de su hijo.
Según Prescott, la reina, que ahora tiene 88 años, debe seguir el ejemplo del papa Benedicto XVI y los tres monarcas europeos que han abdicado este año, y convertirse en la “reina emérita”, como parte de una “sucesión suave”.
“¿Por qué no dejar que Carlos tome la carga sobre sus hombros? En 2015, ella podía entregar la apertura del Parlamento a su hijo”, dijo Lord Prescott.
Por el momento, no hay indicios de que Isabel I confíe tanto en su hijo Carlos como el rey de España en Felipe.