Los puestos de los carniceros del mercado municipal de El Tigre están casi vacíos. Aquellos muros de carne roja que exhibían a las amas de casa no se ven como en otras oportunidades cuando cada uno de los comerciantes podía recibir hasta tres reses a la semana. eltiempo.com.ve / Argel Fernández
La vicepresidenta de la asociación civil del principal expendio tigrense, Janeth de Barboza, reportó que la caída del despacho se ha acentuado desde marzo, debido a la merma del sacrificio de reses por el verano y por el cierre del matadero local.
La representante gremial apuntó que los proveedores despachaban alrededor de 200 reses a la semana entre los 70 comerciantes, pero ahora le traen unas 50. Esa cantidad representa una disminución de 75%.
La comerciante aseveró que los pocos cortes que reciben provienen de los mataderos de Cantaura y Tinaquillo (estado Cojedes). “Muchos preferimos comprar en el estado llanero porque es de mejor calidad”.
En el puesto de la expendedora Ervis García se acercan algunos compradores a tratar de llevar los huesos rojos y los pocos cortes de solomo o de muchacho cuadrado que todavía le quedan de un bovino que compró la semana pasada.
García, quien acostumbraba a mantener su mesón repleto con filetes, contó que a duras penas recibe dos de las cuatro reses que de manera puntual le llevaban los distribuidores.
Tal es la escasez en el expendio popular que apenas acuden ocho vendedoras de las 70 que antes colmaban una de las entradas principales del mercado.
Espera que la reapertura del matadero municipal de El Tigre ayuden a normalizar el sacrificio de ganado. “Creo que ya lo abrieron. Si es así, hoy nos surten. Si no, será cuando Dios mande”, acotó.
En otro puesto cercano, la carnicera Miguelina Lusinchi sólo ofrece pellejos para el menú de los caninos. “Antes tenía carne todos los días, pero cuando no tengo aprovecho para vender el cuero para perros a 20 bolívares el kilo”, contó.
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