La princesa Letizia afronta la proclamación de su esposo como Felipe VI con el ejemplo cercano de la reina Sofía y diez años de experiencia en la Familia Real, preparada para responder con un estilo propio a lo que se espera de una reina en la España de 2014, golpeada por la crisis.
Un compromiso activo a favor de la infancia y la juventud, la educación, la lucha contra enfermedades y la investigación científica son señas de identidad de su actividad como princesa, que ahora tendrá oportunidad de intensificar, mientras su condición de reina le permitirá hacer más visible su apoyo a los esfuerzos de los españoles, en especial los jóvenes, frente a la crisis económica.
La Constitución española no establece funciones específicas para la figura de consorte del jefe del Estado, pero ella ha creado y consolidado en sus diez años de matrimonio un espacio propio de trabajo cuyo contenido ahora puede ampliar y reorientar.
Para ello cuenta no solo con el ejemplo próximo de la reina Sofía, impulsora de importantes iniciativas sociales y culturales y solidaria ante dramas cotidianos y grandes tragedias, sino con su propia experiencia junto al príncipe en la promoción de iniciativas para ayudar a los emprendedores y fomentar oportunidades de trabajo para los jóvenes.
Aún queda por determinar si, además de las oportunidades que ofrece con este fin la estructura de la Fundación Príncipe de Girona, consolidada al cabo de cinco años como foro de iniciativas emprendedoras, cabe la posibilidad de crear alguna institución que favorezca el desarrollo práctico de las futuras actividades de la reina Letizia.
Así lo hizo en su día la reina Sofía, al aportar en 1977 un pequeño capital para crear la fundación que lleva su nombre, con la que ha promovido proyectos educativos, sanitarios y humanitarios en Iberoamérica, África, Oriente Próximo y, en los últimos tiempos, también en España, con el fin de ayudar a los sectores más vulnerables por la crisis económica.
La reina Sofía seguirá al frente de su Fundación tras la proclamación de su hijo como rey Felipe VI, si bien habrá que esperar varios días para confirmar qué ocurre con otros proyectos en los que también se ha implicado personalmente, como sus ya tradicionales viajes de cooperación, que la han llevado a recorrer 34 países en los últimos 18 años.
Tras el relevo en la Jefatura del Estado, dependerá de la esposa del rey fijar en qué medida cambiará su agenda propia de trabajo, si desarrollará las líneas de actuación que ya ha puesto en marcha como princesa o emprenderá además iniciativas personales en otras áreas.
En todo caso, el punto de partida son diez intensos años en los que ha visitado en solitario todas las regiones españolas, ha recibido a 2.100 personas representativas de todos los ámbitos de la vida española -7.200 junto al príncipe-, ha asistido a 190 actos oficiales sola y a 1.500 con su esposo y han viajado juntos a 38 países de cuatro continentes.
Entre sus prioridades figuran hasta ahora la presidencia de honor de la Asociación Española Contra el Cáncer, el combate contra las dolencias poco frecuentes -las “enfermedades raras”-, el apoyo al estudio y la formación profesional, el fomento de la lectura y la adquisición de hábitos saludables, pero sin descuidar tampoco su compromiso institucional con las Fuerzas Armadas.
Como reina, deberá redoblar esfuerzos ante el reto, compartido por su esposo, de preservar la privacidad de sus hijas, Leonor y Sofía, y asegurarles un estilo de vida próximo al del resto de niños de su edad, frente a las presiones para que la primogénita aparezca en público cada vez con más frecuencia por su condición de princesa de Asturias. EFE