En los comedores escolares del Programa de Alimentación Escolar (PAE) sufren por la escasez de alimentos, al igual que las amas de casas en sus hogares. Si les distribuyen pollo, no les dan carne y si les llevan arroz, no le dan pasta.
Lo mismo ocurre con el azúcar y muchas veces con las verduras o aliños, que cada vez suelen distribuirles en menos cantidades. Es por ello que rendir y saber administrar es un requisito indispensable para las madres procesadoras que laboran en los comedores escolares. Sardina en lata es lo que más les llevan para que sustituyan la proteína. Las cocineras tratan de guisarla y hacerlas sabrosas para que los niños no se quejen.
“El pollo tenemos que mecharlo para que rinda y servir de a poquito. No sabemos por qué ahora nos dan menos alimentos”, relata una madre procesadora, que ve con preocupación que la distribución nunca llega completa y ahora están disminuyendo la cantidad de las carnes.
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