Santos y Zuluaga se enfrentaronen las urnas

Santos y Zuluaga se enfrentaronen las urnas

Colombia eligió este domingo a su próximo presidente, en comicios que se anticipan como los más disputados de los últimos tiempos y que marcarán el futuro del proceso de paz con la guerrilla tras medio siglo de conflicto.

Alina Dieste/EFE

FOTO EFE
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Juan Manuel Santos, que opta a un segundo mandato de cuatro años, y Óscar Iván Zuluaga, delfín del popular expresidente Álvaro Uribe (2002-2010), se medirán en un balotaje de resultado “muy incierto” según los expertos.





Más de 32 millones de colombianos están convocados de manera voluntaria a las mesas de votación, que estarán abiertas entre las 08H00 y las 16H00 locales (13H00 a 21H00 GMT). La autoridad electoral prevé dar el resultado una hora después del cierre de las urnas, con el preconteo del 95% de los sufragios.

La jornada electoral se inicia con los ecos del festejo de los colombianos tras el triunfo de su selección ante Grecia en su debut en el Mundial Brasil-2014, tras 16 años de ausencia en el torneo, una victoria celebrada por ambos candidatos.

Santos, un liberal de 62 años, y Zuluaga, un derechista de 55, ambos exministros de Uribe y otrora aliados políticos, se encontraban en un empate técnico según las últimas encuestas divulgadas la semana pasada.

En la primera vuelta del 25 de mayo, Zuluaga venció con 29,3% de los votos frente a 25,7% de Santos, en unos comicios donde la abstención llegó al 60%, la más alta en los últimos 20 años y que ambos candidatos esperan combatir este domingo activando sus maquinarias electorales.

En liza está el futuro del proceso de paz con los grupos insurgentes que operan en Colombia desde mediados de los años 1960, tema decisivo de una campaña marcada por escándalos de espionaje y acusaciones de traición y corrupción mutua.

El conflicto armado, que ha involucrado a las guerrillas, paramilitares y bandas de delincuentes, ha dejado más de 220.000 muertos y cinco millones de desplazados.

– “Un modelo de Estado en juego” –

El proceso de paz con las Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia (FARC, marxistas), principal grupo rebelde del país, que el gobierno de Santos lleva adelante desde noviembre de 2012 en La Habana, ha dominado el debate electoral.

Santos busca seguir con las pláticas, que ya produjeron avances en temas como la reforma rural, la participación política de los guerrilleros, la lucha contra el narcotráfico y el reconocimiento a las víctimas, con la promesa de que la paz beneficiará a todos, en un país donde un tercio de los 47 millones de habitantes son pobres a pesar de un crecimiento superior al 4% anual.

Determinado a lograr una pacificación “integral” de Colombia tras protagonizar una ofensiva contra las FARC cuando era ministro de Defensa de Uribe, el mandatario reveló esta semana el inicio de conversaciones con el Ejército de Liberación Nacional (ELN, guevarista), segunda guerrilla del país, un anuncio que su rival consideró “electorero”.

Zuluaga, inicialmente un feroz opositor a dialogar con la guerrilla, matizó su discurso tras vencer el 25 de mayo, planteando una negociación condicionada a que las FARC abandonen las acciones terroristas, las minas antipersonas, el reclutamiento de niños, los secuestros y extorsiones.

Preocupado por la “impunidad” de los guerrilleros, Zuluaga exige además un mínimo de seis años de cárcel para sus jefes.

Con la reelección de Santos no peligra la continuidad del proceso, dijo a la AFP el politólogo Vicente Torrijos, pero las exigencias de Zuluaga podrían hacerlo caer.

“Lo que está en juego en esta elección es un modelo de Estado para Colombia”, señaló este profesor de la Universidad del Rosario, para quien detrás de la negociación que propone cada uno con la guerrilla hay una concepción diferente de país.

Para esta segunda vuelta, las FARC, con unos 8.000 combatientes, volvieron a declarar un cese al fuego unilateral. El ELN, con unos 2.500 miembros, no se sumó esta vez, pero se comprometió a no afectar la votación.

Los comicios, que serán vigilados por unos 246.000 policías y militares, estarán bajo supervisión de la Organización de Estados Americanos (OEA) con una misión de 74 observadores. La Unasur, en tanto, dispondrá de 37 veedores, 13 de ellos en el exterior.