Sofás, sillones y butacas salpican estos días el césped del estadio Alte Försterei en Berlín, el estadio del equipo local de segunda división, que ha abierto sus puertas para dar cobijo a lo aficionados alemanes que quieran acercarse hasta allí para disfrutar de los partidos del Mundial. EFE
Junto a los peculiares asientos, traídos por cada aficionado, la organización ha colocado mesitas y lámparas que hacen el lugar más acogedor, mientras que la decoración amarilla, roja y negra -a juego con la bandera alemana- corre a cargo de cada espectador.
Este gigantesco salón se inauguró con el partido entre Brasil y Croacia que abrió el campeonato el pasado jueves y se mantendrá abierto durante todo el Mundial.
Fotos AFP