Las naciones en proceso de quiebra podrían tener mayores dificultades para renegociar con sus acreedores tras un fallo de la Suprema Corte de Justicia de Estados Unidos, que falló a favor de los “fondos buitre” contra Argentina.
“Este caso genera incertidumbre y puede cambiar las reglas del juego”, dijo a la AFP Odette Lienau, especialista en reestructuraciones de deuda pública en la Universidad Americana de Cornell.
Después de una larga batalla legal llevada a cabo en Estados Unidos, Argentina tendrá que pagar toda la deuda a los fondos especulativos que siempre han rechazado cualquier renegociación de la deuda después del default parcial del país en 2001.
Casi todos los demás acreedores del país habían aceptado una reducción de casi 70% mediante dos operaciones de reestructuración para evitar una bancarrota.
Con el rechazo de la Corte Suprema de Estados Unidos, todo el proceso se bloquea hasta que a los dos fondos especulatiuvos, se les paguen 1.300 millones de dólares.
– Más allá de Argentina –
“Este caso va más allá de Argentina, ya que pone en peligro la posibilidad de que otros países reestructuren su deuda y refuerza la sensación de que los ‘fondos buitre’ pueden tener éxito”, dijo a la AFP Paulo Nogueira Batista, que representa a Brasil y otros diez países en el Fondo Monetario Internacional (FMI).
El propio FMI rechazó hacer comentarios.
En concreto, los acreedores de un país asfixiado financieramente ahora van a ser animados a rechazar todo arbitraje, con la esperanza de obtener un reembolso completo de la deuda más los intereses.
“Incluso los acreedores que estén dispuestos a aceptar una reestructuración podrían dudar por el riesgo de que el país no pueda cumplir con sus compromisos”, pues otros “fondos buitres” pueden interferir durante el proceso, subrayó Lienau.
Sin embargo, estas operaciones son cruciales para los países en dificultades. En la primavera de 2012, Grecia obtuvo así una quita de deuda de más de 100.000 millones de euros, la más importante de la historia, con el fin de obtener un pequeño balón de oxígeno.
– Sin alternativa –
Tras el fallo contra Argentina, una operación semejante podría no ser nada más que un recuerdo lejano.
“Si el hecho de tratar con un Estado que no paga es una fuente de preocupación para el mercado, muchos inversores pasarán o exigirán que les paguen más a cambio” a riesgo de agotar las finanzas de los Estados, apuntó Anna Gelpern, profesora de Derecho en la Universidad de Georgetown.
Los Estados no tienen, a su vez, otra alternativa. Lienau teme que, si la reestructuración es imposible, solo podrán pagar a sus acreedores al precio de políticas de austeridad, aumentando sus ingresos o reduciendo sus gastos.
Estados Unidos, Francia, Brasil, México o incluso el Premio Nobel de Economía Joseph Stiglitz intervinieron a favor de Argentina usando el procedimiento “Amicus Curiae”, que permite intentar influir en la Suprema Corte estadounidense.
“No hay que dar gratificaciones a los fondos buitre”, consideraron las autoridades francesas.
El Fondo Monetario Internacional (FMI) quiso poner la balanza de su lado asesorando a la Corte pero renunció en julio de 2013 por las reticencias estadounidenses.
En un informe de unos pocos meses antes, sin embargo, el FMI no había escondido su preocupación por el caso argentino.
“El litigio actual con Argentina podría tener implicaciones profundas sobre futuras reestructuraciones de deuda, dando más poder a los fondos buitres”, advirtió la institución.
Según los expertos, el episodio argentino pone el foco de nuevo en la necesidad de la comunidad internacional de dotarse de un mecanismo menos dependiente de los avatares judiciales.
El FMI realizó la última propuesta hasta la fecha en 2003, pero fue rechazada por la presión de Estados Unidos y de los grandes países emergentes. AFP