Los científicos han establecido que la probabilidad de que se produzca un fenómeno de El Niño entre octubre y diciembre próximos está entre un 75 y un 80 %, comunicó hoy la Organización Meteorológica Mundial (OMM).
La probabilidad de que se produzca antes, en el tercer trimestre de este año, es menor y está en torno al 60 %.
“Se prevé que la temperatura del océano Pacífico tropical seguirá aumentando en los próximos meses y que alcanzará su máxima en el último trimestre de 2014. Si bien su intensidad potencial es aún incierta, es más probable que se produzca un fenómeno de intensidad moderada”, indicó la agencia científica de Naciones Unidas.
El Niño está asociado a sequías e inundaciones a escala regional en distintas partes del mundo y produce un aumento de la temperatura media en la superficie del océano, particularmente en la zona central y oriental del Pacífico tropical.
Se trata de un evento natural que ocurre entre cada 2 y 7 años y tiene una fuerte influencia en el clima mundial.
“El Niño acarrea fenómenos extremos y produce un marcado aumento de las temperaturas, pero es pronto para evaluar sus efectos exactos en 2014″, declaró el director de la OMM, Michel Jarraud.
La organización explicó que las aguas del Pacífico tropical han sufrido un aumento de temperatura alcanzando el umbral débil de El Niño, pero que las condiciones atmosféricas (presión al nivel del mar, nubosidad y vientos alisios) se han mantenido neutras”.
Ello indica que El Niño todavía no se ha instalado del todo, pues depende fundamentalmente de la interacción entre océano y atmósfera.
Sin embargo, “científicos del mundo enteró han llegado al consenso” de que es probable que se produzcan condiciones atmosféricas típicas de un fenómeno de El Niño “bien desarrollado”, detalla la OMM en su boletín El Niño/La Niña.
Jarraud destacó que gracias a los avisos anticipados, los gobiernos del mundo entero han contado con tiempo suficiente para elaborar planes de emergencia a fin de hacer frente a las posibles consecuencias de El Niño en actividades concretas como la agricultura, la pesca, la salud y otros sectores sensibles al clima.
“Seguimos siendo vulnerables a esta fuerza de la naturaleza, pero podemos protegernos preparándonos mejor”, comentó el responsable.
Según los modelos elaborados y el análisis de los expertos, el fenómeno alcanzará su máxima intensidad en el cuarto trimestre de este año y persistirá en los primeros meses de 2015 para luego disiparse.
La intensidad que alcanzará todavía es impredecible debido, concretamente, a que han dos condiciones esenciales que se contraponen.
Por una parte, el contenido de calor bajo la superficie del mar es muy superior a la media, lo que ha provocado fuertes vientos del oeste a principios de año y que apuntan a un El Niño intenso.
Pero al mismo tiempo, la respuesta atmosférica tarda y la posible ausencia de vientos del oeste en los próximos meses podrían limitar esa temida intensidad. EFE