La cuenta atrás más esperada del año por fin ha llegado, al menos para los más afortunados. La vacaciones están a la vuelta de la esquina y ya es hora de sacar las maletas del trastero y empezar a llenarlas. abc.es
Para aquellos a los que les guste llevarse media casa a cuestas y para los que cada año intentan desterrar el «por si acaso» cuando hacen la maleta, pero no consiguen, van dirigidos estos consejos.
Sea el destino que sea —montaña, playa, desierto…— lo ideal es ir siempre con el menor peso posible para que los desplazamientos sean más agradables. «Se debe intentar meter la menor cantidad de ropa —apunta Héctor Arenós, coautor de Viajar con niños (La editorial Viajera), y protagonista de los viajesdehector.com—. En casi todos los destinos a los que se suele ir hay servicios de lavandería en el mismo hotel o en establecimientos externos. Se puede acudir a ellos por un módico precio y lavar la ropa que sabemos que usamos, en vez de optar por meter el doble o triple de pantalones y camisetas, sobre todo si se viaja en avión o conuna mochila en la espalda».
También hay que decir adiós al «por si acaso». «Todo aquello que se mete en la maleta y que se piense que quizá se podrá usar una o dos veces, es mejor dejarlo en el armario hasta la vuelta, porque seguro que no se utilizará», asegura Arenós.
Los mismo debe ocurrir con el calzado. hay que optar por llevarse el más cómodo porque en vacaciones se camina más tiempo. Un truco es llevar el que más abulte puesto para realizar el viaje y el que menos ocupa en la maleta. «También es buena decisión la de aquellos que se llevan el calzado más viejo —pero cómodo— y aprovechan para deshacerse de él en el destino al que vayan y así dejar hueco en la maleta de vuelta para los recuerdos o caprichos que se compren».