La llamada terapia de fuego, que consiste en que un terapeuta vierte alcohol en un paciente y lo prende, se ha utilizado durante cientos de años en China. A pesar de que no hay ninguna evidencia médica ortodoxa de que la práctica sea eficaz, los terapeutas de fuego la consideran “la cuarta revolución en la historia de la humanidad”, que “supera tanto a la medicina china como a la occidental”. “Con este método los pacientes pueden evitar operaciones”, cita ‘The Raw Story’ a Zhang Fenghao, que practica y enseña el controvertido método.
Muchos en China no pueden permitirse costosos tratamientos para enfermedades crónicas y el seguro médico estatal es limitado, lo que provocó la demanda de terapias alternativas más baratas. La práctica del fuego se basa en las creencias populares chinas de que la salud depende de mantener un equilibrio de los elementos “calientes” y “fríos” en el cuerpo. “Partimos de un fuego en la parte superior del cuerpo, que acaba frío en el interior”, explica Zhang, que afirma haber realizado esta técnica en diplomáticos extranjeros y funcionarios chinos de alto nivel.
Este mes la terapia ganó una renovada atención pública cuando las fotos de un hombre al que se había aplicado fuego en su entrepierna se han hecho virales en las redes sociales chinas. Los medios estatales, a su vez, intentaron desalentar el entusiasmo por la terapia publicando varios informes sobre los terapeutas sospechosos, algunos sin certificación y que emplean solo un cubo de agua para evitar las conflagraciones.
Hasta ahora, la práctica ha recibido poca atención por parte de las revistas médicas, pero la teoría detrás de ella tiene alguna relación con el ejercicio de la medicina china de “ahuecamiento”, donde una llama quemada en el interior de un receptáculo crea presión sobre las partes del cuerpo de un paciente, observa el periódico.
Vía Rt.com