Las bebidas isotónicas que beben los futbolistas durante la pausa de un partido no contribuyen a que mejoren su rendimiento en el segundo tiempo, según un estudio científico citado hoy por medios locales.
Así se desprende de un experimento liderado por Michael Kingsley, de la Universidad de La Trobe University, en el que analizan la eficacia de las bebidas isotónicas en el mantenimiento de los niveles de glucosa sanguínea de los jugadores de élite, según la cadena local ABC.
En este estudio que ha sido publicado en la revista Journal of Athletic Training, Kingsley y sus colegas demuestran que las bebidas isotónicas no tienen un impacto en el incremento de los niveles de glucosa sanguínea en el momento pasivo crítico previo al segundo tiempo.
En lugar de ello, todo parece indicar que estas bebidas activan la absorción de los tejidos de los músculos y el hígado de la glucosa, lo que provoca una rápida disminución de la glucosa sanguínea, necesaria para mantener el rendimiento de los deportistas.
Kingsley comentó que este hallazgo es importante porque puede ayudar a contrarrestar la disminución de la actividad intensa de los futbolistas durante el segundo tiempo de los partidos, que es cuando la mayoría de los goles se deben a errores de la defensa.
“Nuestra mente requiere de glucosa para operar, pero no almacena carbohidratos y por lo tanto, necesita de un continuo abastecimiento de glucosa sanguínea”, explicó el investigador al subrayar que la reducción de la concentración de la glucosa en la sangre puede influir en la toma de decisiones de los jugadores.
Investigaciones previas señalan que una caída en la disponibilidad de glucosa puede tener una potencial influencia negativa en las funciones motoras y cognitivas que son vitales en la actuación de deportes intermitentes como es el fútbol, según el científico.
Para verificar los efectos del estudio, Kingsley y sus colegas eligieron a diez jugadores de un club de la primera división inglesa y les dio bebidas isotónicas o placebo dos horas antes del partido, durante el descanso y cada quince minutos durante los entrenamientos.
Además tomaron muestras de sangre antes y cada 15 minutos durante el partido y diez minutos después de haberse iniciado el segundo tiempo.
Las concentraciones de glucosa eran mayor en los jugadores que bebieron las bebidas isotónicas entre los 30 y 45 minutos de haber las ingerido, pero después se registró una caída de un 30 por ciento en los niveles de glucosa en la sangre en ambos grupos.
En el segundo tiempo, las concentraciones de glucosa sanguínea eran similares en ambos grupos, pero los niveles de glucosa en el grupo de las bebidas isotónicas comenzó a aumentar casi 10 minutos antes de terminar el partido.
El equipo de investigadores actualmente analiza si se puede variar la composición de las bebidas energéticas y determinar el momento adecuado para beberlas, así como incluir ejercicios en bicicletas estáticas durante la pausa para evitar la caída de la concentración de la glucosa y mejorar el rendimiento. EFE