Las autoridades del zoológico de Argentina donde vive el único oso polar en cautiverio del país pidieron el martes a las miles de personas que exigen que el animal sea trasladado a Canadá que lo dejen “tranquilo” porque se encuentra en buen estado y sólo sufre las típicas patologías de su edad avanzada.
“El oso está muy bien, es un animal añoso, pero está controlado por el servicio veterinario, tiene las patologías de un viejito”, dijo a The Associated Press Gustavo Pronotto, director del Jardín Zoológico de Mendoza, 1.100 kilómetros al oeste de Buenos Aires.
Los pedidos de quienes exigen en las redes sociales que el oso Arturo sea liberado de un lugar que consideran perjudicial para su salud y enviado al Assiniboine Park Zoo canadiense se multiplicaron en los últimos días. Las peticiones, que han alertado que el animal está deprimido, han ido destinadas también a la presidenta Cristina Fernández.
Según Pronotto, Arturo, que cumplirá 29 años en noviembre y acaba de celebrar su 21 aniversario en el zoológico mendocino, está acostumbrado a ese hábitat y su traslado a Canadá o a cualquier lugar en Argentina de clima más frío sería perjudicial. “Su sistema inmunológico está adaptado a Mendoza”, dijo el directivo, quien advirtió que Arturo pertenece a una quinta generación de osos nacidos en cautiverio.
“Tiene un buen apego con sus cuidadores, lo único que queremos es que lo dejen de molestar”, insistió.
Sin embargo, Mariana Caram, integrante de la organización OIKOS-Red Ambiental, con sede en Mendoza, señaló a AP que es necesario que expertos internacionales revisen a Arturo al considerar que fue desacertada la evaluación que un panel veterinario hizo al animal en febrero que aconsejó que continuara alojado en el zoológico argentino por su avanzada edad.
“Estamos elaborando un documento para refutar con sustento técnico las conclusiones de la evaluación”, indicó Caram, quien cuestionó que el panel no estuviera integrado por expertos más idóneos. La ambientalista señaló que su organización y otras seis más están en contacto con especialistas que han estudiado a osos en cautiverio en otros lugares y que estarían dispuestos a viajar a Argentina.
Greenpeace fue una de las organizaciones que alertó que era peligroso para el bienestar del oso continuar alojado en el zoológico municipal mendocino y expuesto a temperaturas superiores a los 30 grados centígrados en verano.
Caram afirmó que el zoológico “no presentó evidencias científicas” que demuestren que el animal no puede ser sedado para su eventual traslado.
“Lo vi al oso el jueves pasado; salió y nadó muy cortito. Camina muy lento; le han ampliado la pileta pero no ponen toda el agua que dijeron que iban a poner y le han quitado espacio para caminar”, sostuvo la ambientalista, que además criticó las condiciones de vida de otros animales en esa institución.
También sostuvo que osos polares mantenidos en buenas condiciones en Canadá han llegado a los 42 años. La edad promedio de estos animales es de unos 25 años.
En un video grabado en la fecha por AP se podía ver a Arturo mientras salía de su cueva refrigerada y daba varios pasos hacia adelante y atrás, tras lo cual ingresó a una pileta donde el agua le cubría la mitad del cuerpo y se puso a nadar.
Arturo estuvo acompañado hasta hace dos años por su pareja, Pelusa, que murió de cáncer.
Pronotto valoró positivamente el panel que evaluó a Arturo en febrero al indicar que fue integrado por veterinarios de otros países. También dijo que fueron convocados expertos internacionales para integrar dicha junta, que finalmente no vinieron a Argentina.
“La junta vio que no hacía falta someterlo a un análisis para llevarlo a ningún lado porque estaba muy bien adaptado a su recinto, tiene una muy buena relación con el personal del trabajo y… las condiciones que exigía Canadá para poder ingresarlo no eran de la calidad y de la cantidad que se hacen rutinariamente en el zoo de Mendoza”, explicó el directivo.
“Los verdaderos especialistas son los que tengo en Mendoza, que han conseguido que el oso viva en ese lugar 21 años”, agregó. AP