Joseph Wood, un reo en el estado de Arizona condenado a pena de muerte por un doble asesinato, falleció hoy casi dos horas después de recibir la inyección letal, lo que promete reabrir el debate sobre el castigo capital en EE.UU.
Sus abogados trataron de detener la ejecución en una petición de emergencia en la que alegaron que su cliente había estado agonizante durante más de una hora.
“Solicitamos respetuosamente que este tribunal detenga la ejecución y requiera al Departamento de Correcciones que use las provisiones para salvar vidas en su protocolo”, afirmaron los abogados en su solicitud de clemencia.
“Todavía está vivo. Esta ejecución viola el derecho del señor Wood garantizado en la Octava Enmienda (de la Constitución) de ser ejecutado sin un castigo cruel o inusual”, añadieron los abogados.
El fiscal general del estado declaró muerto a Wood antes de que el tribunal se pronunciara sobre la petición de sus letrados.
El suceso llega tras la polémica ejecución el 29 de abril del preso Clayton Lockett en Oklahoma, que se alargó cuarenta minutos tras la inyección de la combinación letal, lo que prolongó el sufrimiento del reo, que acabó muriendo de un ataque cardíaco.
EFE